domingo, 6 de mayo de 2007

lecturas de fin de semana [ 12 ] / artículo sobre los editores independientes en américa latina

En su edición de ayer el suplemento Babelia, del diario El País, publicó un interesante artículo acerca de algunas editoriales independientes latinoamericanas que desde hace unos años se las arreglan para sacarle una serie de ventajas a la globalización aprovechando tanto las herramientas como los métodos que ésta provee con el propósito de alcanzar y consolidar una posición en segmentos del mercado distintos de los de los grandes grupos editoriales.


Espero que el puñado de casos que examina no despierte en la autora del artículo un optimismo infundado con respecto a lo que puede suceder con los editores independientes en una región en la que los índices de lectura son tan bajos, en la que el acceso a la cultura letrada está lejos de ser una prioridad para muchos sectores que crean sus estrategias tanto de supervivencia como de ascenso social en otros ámbitos y en la que el costo de los libros sigue siendo muy alto.


David y Goliat

Patricia de Souza 05/05/2007

La globalización tiene su Arcadia, es decir, su lado feliz. Ése sería el caso de los editores independientes en América Latina. Ellos son jóvenes, son idealistas y se permiten competir con editoriales enormes utilizando las ventajas de la globalización para actuar con libertad en un mercado que no tiene más árbitro que la oferta y la demanda, además de cierto talento e intuición. En una entrevista, Milton Friedman, economista defensor de la globalización, explicaba cuáles eran estas virtudes: permitir que el más pequeño empresario pueda competir con el más grande. David y Goliat con las ventajas de la técnica. Esos editores han aparecido en toda América Latina como una alternativa que se inspira de algunas ideas en común: acercar al lector de autores que no son editados por los sellos más importantes. No todos manejan las mismas coordenadas, pero la mayoría cree en lo que hace y lo lleva adelante con pasión. Su estructura es casi ínfima (no sé por qué nadie les ha dedicado todavía una tesis) y manejan además criterios de mercado, de calidad, aspirando a ser verdaderos editores, a influenciar la opinión y desarrollar una especie de política cultural independiente en favor de la cultura. Lo más interesante es que esta iniciativa es realmente independiente y no tiene nada que ver con una política de Estado, lo que hace de esta propuesta un proyecto dinámico y limpio.


Cuando se les pregunta por qué decidieron editar, ellos coinciden en que es una labor noble e importante, tal vez un reclamo de configurarse un rostro en el que cual reconocerse. Una de las primeras editoriales independientes surgió en Argentina, Eloísa Cartonera, y empezó a editar con papel reciclado para producir libros a muy bajo costo. Cuando un grupo de jóvenes peruanos se enteró del proyecto, decidió crear algo similar en Perú, utilizando los mismos materiales y trabajando con niños de la calle. La editorial tomó el nombre de un icono popular peruano, Sarita Cartonera. En Bolivia se ha creado otra filial, y en Santiago se han convertido en Las Chicas de Animita Cartonera. Desde hace un tiempo Sarita Cartonera (Perú) publica a autores como Ricardo Piglia, de Argentina; Margo Glanz, de México; Roncagliolo, o nuevos como Edwin Chávez y Miguel Ildefonso. Álvaro Lasso, de Estruendomudo, es otro ejemplo muy interesante. Ha logrado instalar a sus autores en las librerías de Lima, y empieza con una colección de traducciones (Tránsfugas) en la que ha publicado al autor francés Richard Millet, y su despegue es seguro. O Matalamanga, otro grupo editorial que acaba de publicar un libro de Mario Bellatin, Perros héroes. Pero también existen otras, me comenta Jaime Vargas Luna, de Sarita Cartonera, Yerba Mala en Argentina y Libros del Zorzal o los Sexto Piso, en México.


Su estética es muy diversa, recupera un cierto gusto popular por el símbolo, el sincretismo y el mestizaje cultural. Así, se crea un puente entre los diferentes países de América Latina, sin olvidar la traducción. Además de editoriales hay también revistas. Estruendomudo ha creado su revista, inspirada en las ganas de conseguir más lectores y hay otras como la de Las Sumasvoces, en Trujillo (Perú), con brillos internacionales. Estos editores se reunieron durante la Feria de Guadalajara en un encuentro bajo el nombre de Editores independientes y biobliodiversidad, para intentar formar un tándem editorial que se denominaría "Punche". Las Sumasvoces, no sólo es una revista de literatura y arte sino un grupo de jóvenes idealistas que hace pensar en Fourier y su utopía sobre el amor como un motor de creación.


Hay una búsqueda de diversidad, ganas de ensanchar fronteras lingüísticas en el propio idioma a través de la traducción. Creo que nunca antes ha habido una efervescencia tan marcada en el mundo de la creación. A lo mejor se debe a que una cierta estabilidad permite ahora pensar, elegir, construir. Y esa pregunta por la diversificación del mundo moderno tiene que ver con las ganas de saber quiénes son, adónde se dirigen y por qué. Ésta es una inquietud subyacente en la mirada que le dan al pasado, reivindicando una cultura local, un saber vivir que observa el mundo con curiosidad y ganas de comprender. Por supuesto, el problema con que se chocan más frecuentemente es el de la distribución, pero ahí internet es una herramienta importante. La caja de herramientas que poseen es sus ganas de crear y así como Marcel Duchamp creía que "el arte estaba en todas partes", ellos creen que la cultura puede ser diversa y masiva. O sea, estos jóvenes lo están haciendo realidad poco a poco, piedra a piedra...


No hay razón para ser pesimistas.

www.saritacartonera.com

www.estruendomudo.com

www.eloisacartonera.com

www.sextopiso.com

www.lassumasvoces.com

www.editorialmatalamanga.com

3 comentarios:

Artesanías y Arte dijo...

Muy buena entrada la que colocaste, fue de muy buen agrado para mi leerlo, es de gran criterio saber como los editores independientes sacan provecho de esto.

Yerba Mala Cartonera dijo...

Hola hola, somos de Yerba Mala y agradecerle por publicar la nota. Sin embago, queremos aclarar que Yerba Mala es de Bolivia. Un abrazo.

martín gómez dijo...

Gracias por la aclaración (aunque el error es de la persona de El País que escribió el artículo que yo simplemente me limité a reproducir).

Espero que sigamos en contacto. Un saludo.
Martín.