miércoles, 9 de mayo de 2007

entrevista a marian montesdeoca, editora de artemisa ediciones / "cada vez más lectores reconocen nuestros libros y los alaban por su atrevimiento"


Desde hace cerca de cuatro años una pequeña editorial llamada Artemisa con sede en La Laguna, Tenerife —Islas Canarias— cuyo impecable e innovador diseño editorial sobresale a primera vista viene constituyendo un catálogo compuesto por títulos de reconocidos autores cuyo denominador común es la visibilidad escasa —y en muchos casos nula— que han tenido en el ámbito de habla hispana.


Martín Gómez: ¿Cómo definiría usted Artemisa ediciones?


Marian Montesdeoca: Como una pequeña industria artesana de la edición.


M.G.: ¿Cuándo y por iniciativa de quién surge la idea de crear la editorial Artemisa?


M.M.: En verano de 2003, Ulises Ramos y yo concebimos Artemisa durante un paseo por la playa.


M.G.: ¿Cuáles son las motivaciones que condujeron a la creación de la editorial?


M.M.: La principal motivación fue —y es— hacer las cosas a nuestra manera. Hacerlas bien. Hartos de trabajar en “churrerías editoriales” donde poca importancia tenían el libro y el autor, decidimos lanzarnos a la publicación de aquellos libros que, como lectores, elegiríamos en los anaqueles de una biblioteca o de una librería.


M.G.: ¿Cómo se definió el perfil de las distintas colecciones de Artemisa?


M.M.: Las colecciones se han ido definiendo paulatinamente. Puede decirse que Artemisa comenzó su andadura de forma muy modesta, publicando obras cuyo alcance era meramente local y con unas tiradas muy reducidas; libros, sobre todo, de investigación histórica —Ulises y yo somos historiadores—. Pero en 2005, conscientes de los límites de las islas Canarias e ilusionados por hacer realidad proyectos de mayor alcance, cruzamos el Estrecho. Desde entonces lanzamos las colecciones que siguen vivas hoy y estructuran el catálogo de Artemisa.


Nuestro amor por los clásicos de la literatura en unos tiempos en los que el best seller monopoliza el mercado editorial nos llevó a crear las colecciones /Clásica —que ya cuenta con 9 títulos— y su hermana menor, /Clá —de la que han salido 11 títulos—. En ellas ofrecemos rescates de obras literarias poco divulgadas de autores reconocidos —como ensayos de Stevenson o pensamientos de Sainte-Beuve— y obras de autores olvidados en España como Ricardo Güiraldes y José Eustasio Rivera. /Clá se distingue por su pequeñísimo formato y por sus pocas pretensiones: ofrece textos breves, adecuados para leerse del tirón en un viaje o ante un café; obras de gran calidad pero muy cortas para los tiempos apresurados en los que vivimos.


Por otra parte, nuestras colecciones más recientes son Titivillus y Letras del vórtice. Aunque en Titivillus hasta ahora sólo ha salido Mitsou —obra de Rilke y Balthus— y estamos preparando tres títulos para que vean la luz a lo largo de este año, ofrecemos obras peculiares bien caracterizadas porque incluyen dibujos de grandes artistas como Balthus y Amat o porque se trata de ensayo actual sobre temas literarios atractivos —como El coloquio de los perros, de Cervantes, cuyo texto original publicaremos también en /Clá—. Y Letras del vórtice es nuestra particular apuesta por la narrativa actual.



M.G.: ¿Bajo cuáles criterios editoriales se eligen los libros que publica Artemisa?


M.M.: Publicamos lo que nos gustaría leer. Nada más. No seleccionamos obras que vayan acompañadas por superproducciones cinematográficas ni textos sobre temas de moda. Nos llegan muchos manuscritos —cada vez más—pero es difícil que pasen la prueba y se publiquen en Artemisa. Sólo aquellas obras —tanto obras de creación como traducciones de clásicos— que nos sorprenden por su originalidad y que nos atrapan acaban formando parte de nuestro catálogo.


M.G.: ¿Cree usted que Artemisa está llenando un hueco que han dejado en el mercado tanto los grandes grupos como las editoriales independientes que ya están posicionadas?


M.M.: No sólo Artemisa. Hay muchas otras editoriales independientes que emprenden su particular batalla contra las crudas leyes del mercado y apuestan por la publicación de obras con escasa proyección comercial, por la selección de textos de calidad y por las buenas traducciones. Artemisa, como otras editoriales con un perfil similar, se aleja de la literatura fácil y apunta a un lector exigente.


M.G.: ¿En qué consiste la estrategia tanto editorial como comercial de Artemisa para alcanzar y conservar una posición propia en el mercado?


M.M.: La única estrategia editorial posible, desde nuestro punto de vista, es hacer buenos libros. Y esa estrategia editorial, acompañada por una buena distribución, se convierte automáticamente en estrategia comercial. Haciendo buenos libros y logrando que se vean en las librerías perseguimos hacernos con un público fiel que se interese por nuestro catálogo.


M.G.: ¿Qué distingue a Artemisa de otras editoriales independientes españolas?


M.M.: Más allá de que Artemisa ponga su granito de arena por la buena literatura, nuestros libros se distinguen especialmente por el cuidado de las ediciones y lo peculiar de sus diseños. Diseños tipográficos, limpios, casi sin imágenes. Aunque nuestras portadas no son comerciales —según los criterios del imperio de la imagen—, nuestras Baskerville se están haciendo un hueco en las librerías y cada vez hay más lectores que reconocen nuestros libros y los alaban por su atrevimiento.


M.G.: ¿Cuál sería su balance de la experiencia de la editorial hasta ahora?


M.M.: Por lo pronto, nos sorprende que en un mercado editorial tan saturado Artemisa siga existiendo después de casi cuatro años. Habiendo atravesado —y atravesando a diario— vicisitudes de todo tipo, hemos podido seguir adelante gracias a que esta editorial más que una empresa es una forma de vida. El balance es bueno, buenísimo.


M.G.: ¿Podría adelantarnos algo con respecto a los libros que está preparando en este momento Artemisa?


M.M.: Te recomendamos que visites www.artemisaediciones.com: allí anunciamos todos los títulos que publicaremos de aquí a final de año. No obstante, te recomiendo dos libros que en pocos días estarán en la calle: El socio, un relato atípico de Conrad, y Llamando a las puertas del cielo, la primera novela de Antonio Ansón, cuyo contenido es, si cabe, más sugerente que su propio título.


M.G.: ¿Podría mencionarnos algunos autores y/o libros que le gustaría incluir en el catálogo de Artemisa?


M.M.: Nos gustaría publicar a Borges, a Cortázar, a Joyce, pero somos conscientes de nuestras posibilidades, de que no podemos hacer frente a gravosos derechos de autor para editar a “los grandes” de la literatura contemporánea. Así es que nuestra mayor baza es la investigación permanente en busca de textos que se ocultan a las grandes editoriales. Paradójicamente, nuestras limitaciones tienen como resultado la posibilidad del hallazgo de “grandes rarezas” de la buena literatura de todos los tiempos. En definitiva, convertimos la necesidad en virtud.

2 comentarios:

Ana María Fuster Lavin dijo...

Me ha parecido sensacional la entrevista, muy acertada, y por demás hace falta más gente como ustedes.

martín gómez dijo...

Gracias por tu cometario, Ana María. Las respuestas de Marian me parecieron particularmente lúcidas y agudas, lo cual reitera mi impresión inicial de que el de Artemisa es un proyecto en el que hay un cuidado tanto en la selección como en la edición de cada uno de sus libros.