jueves, 17 de mayo de 2007

biby cletus y el blogspam

Hace unos días recibí la notificación de que tenía un comentario nuevo en la entrada ‘de paseo por las librerías / mesa de novedades [ 4 ]. Cuando me fui al panel de administración de mi blog me encontré con que un tal Biby Cletus me había escrito lo siguiente:


Nice post, its a really cool blog that you have here, keep up the good work, will be back.

Warm Regards”


Mi primer impulso fue sentir un orgullo inmenso porque el comentario de Biby me sugería que alguien más allá de mi círculo de amigos estaba leyendo [ el ojo fisgón ]. Consulté el directorio de blogger, según el cual Biby Cletus me escribía desde la ciudad de Alappuzhaque queda en el estado indio de Kerala. Luego me metí a The Kerala Articles, el blog en el que Biby escribe “Open, Bold and Unbiased Articles on Movies, Sports, Entertainment, Music, Books, Reviews, Events, Film, celebrities, Politics, Travel and places, Pets and Animals and much much more...”.




Sin embargo, muy pronto vinieron las sospechas: primero: si Biby leyó mi texto en español, ¿por qué me deja un comentario en inglés?; y luego: ¿por qué su comentario es tan genérico?


Enseguida introduje en Google un pedazo del comentario de Biby y me encontré con que había cien páginas de resultados de websites que contenían este texto. Es bien sabido que desde hace varios años la India es uno de los polos de desarrollo en el campo de la informática y que una buena parte de los trabajadores más calificados del Silicon Valley provienen de allí, por lo cual no sería de extrañar que el astuto compatriota del tendero Apu —probablemente el nombre y la foto sean ficticios— se hubiera inventado un robot que hace un barrido en el código de las páginas Web para encontrar en él fragmentos que indican que ésta tiene un espacio de comentarios ni mucho menos que este robot incluyera la función de depositar su mensaje automáticamente una vez encuentre esas dos o tres líneas en el script.


Esta es la historia de mis veinte segundos de fama y de la desilusión que sucedió al descubrimiento de que había sido víctima de las artimañas de unos informáticos timadores, que a costillas de incautos como yo deben estar generando muchísimo tráfico en sus páginas y forrándose con el dinero que reciben a través de AdSense.

7 comentarios:

Ana Saturno dijo...

Lo mismito me pasó a mí, sólo que yo no llegué a entrar en su página porque usé el google primero. Desconfiada que es una...

Por cierto, tienes un blog muy interesante, y conste que yo no te conocía hasta ahora. :-)

Saludos

DesEquiLIBROS dijo...

no te quiero desanimar pero en un blog en el que colaboro, recibimos unos 50-60 "mensajes" de ese tipo CADA DÍA. Y es que cuando te pillan, ya no te sueltan. Hemos tenido que moderar los comentarios, pero aún así, habrá que impedirlos una temporada para asustar a los spammers. Una plaga, la verdad. Ánimo

martín gómez dijo...

Hombre, pues para evitarme esas molestias espero seguir teniendo un bajo perfil. Al final la fama no trae nada bueno (mira, por ejemplo, en las que andan metidas la Pantoja o Paris Hilton).

En todo caso gracias por tu comentario.
Martín.

subal dijo...

Lo que me sorprende es que ya tienes activada la verificación de palabra, y aún así, recibes spam... A mí no me ha pasado nunca desde que lo activé...

Lo que de verdad es divertido es tener un troll. Yo tuve uno hace tiempo y entonces sí me sentí importante; alguién que te detesta, y perdiendo el tiempo en insultarte; ¡¡pocos enemigos como este se tienen!!

Ah, yo tampoco te conozco de nada, y coincido con el primer comentario.

martín gómez dijo...

Les deseo la peor de las suertes a esos desgraciados. Deben divertirse de lo lindo haciendo estragos a costillas nuestras y hasta deben ganarse un dinerito.

maps dijo...

Me uno a la lista de desconfiadillos.
Por suerte a mi no me llegan 50-60 diarios de estos...

martín gómez dijo...

jeje. Si empiezan a llegarme blogspams sistemáticamente, me largo de la blogósfera. Vi en tu blog lo que has puesto sobre los best sellers . El tema está dando mucho de qué hablar por todas partes. Y no es para menos.

Gracias por tu comentario.
Saludos.
Martín.