jueves, 18 de octubre de 2007

preguntas frente a la aparición de nuevas editoriales independientes

¿Es cierto que, como dije hace unos días, en este momento hay un fenómeno de sobreproducción en el mercado editorial y que éste está saturado? ¿La aparición de nuevas editoriales independientes es un indicio de que el sector editorial goza de buena salud? ¿O sugiere más bien que independientemente de la salud del sector sigue habiendo gente con el suficiente espíritu de riesgo como para meterse en este negocio tan complicado e interesante a la vez? Además de construir un catálogo con un registro propio que se diferencie del de las demás y que vaya dirigido a un público puntual, ¿qué más tiene que hacer una editorial para encontrar su lugar?




Estas son las preguntas que se me vienen a la cabeza cuando pienso en Veintisiete Letras, Impedimenta y Marbot, tres editoriales independientes de cuya aparición me he enterado durante el último mes —que se suman a algunas otras que han aparecido durante los últimos años— y que considero que apuestan por diferenciarse proponiendo un catálogo con un registro propio que seguramente está en sintonía con los intereses de ciertos de lectores que podrían conformar nichos bastante específicos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Preguntas en serio? Como ya te dije hace unos días, me parece que el fenómeno es evidente. No me alargaré mucho de nuevo con el tema (me encantaría saber qué se piensa por ahí de esto). No obstante, diré que en mi caso cuando pensé en montar Impedimenta, fue fundamental el apoyo previo de mi distribuidor, fundamental, insisto, y mi experiencia y contactos previos en prensa y librerías. Sin eso (es un mínimo), y en las actuales circunstancias, de brillantez editorial y de nuevas ideas constantes, con muchas editoriales "nuevas" aspirando a quedarse, por méritos propios, es muy difícil, por no decir imposible, colocarse siquiera en la línea de salida.
Y en cuanto a la sobreproducción, es evidente que no somos precisamente nosotros los que sobreproducimos. Al revés. Seleccionamos.
No diré más.
Enrique Redel

martín gómez dijo...

Enrique, quería tocar en público el tema sobre el que estuvimos hablando hace unos días en la página de comentarios para suscitarles la inquietud a otras personas. Planteo todas estas preguntas porque siento que en el análisis de esta situación hay que tener en cuenta muchos matices.

Creo justamente que editoriales como Impedimenta, Marbot y veintisieteletras contribuyen a contrarrestar la homogeneización de la oferta y a satisfacer las necesidades de un público que exige contenidos de buena calidad con respecto a sus intereses puntuales.

Por otro lado, algunos de los editores con los que he tenido la oportunidad de hablar no han sido tan afortunados como tú en lo que a la distribución se refiere.

Un saludo.
Martín.

Anónimo dijo...

Es que lo que planteas es el tema del momento, estoy seguro de ello. Alguna periodista con la que he hablado en los últimos días tiene el mismo tema en la cabeza, y piensa hacer algo en algún medio próximamente. Muy pertinente lo que preguntas, insisto. Este es el momento en que los editores de prestigio están dando la alternativa a los nuevos editores. De manera expresa. Pero veamos lo que piensan otros que no soy yo que, reconozco, soy un caso particular.

Enrique

El llegidor pecador dijo...

"¿Es cierto que en este momento hay un fenómeno de sobreproducción en el mercado editorial y que éste está saturado?"

-El mercado editorial está perpetuamente saturado desde... A ver... Pongamos que desde la invención de la imprenta de tipos móviles. Desde siempre las quejas en el sector han ido por el mismo camino; es que el sistema es perverso, a mayores devoluciones mayores son las siguientes colocaciones en las librerias para compensar dichos retornos.

"¿La aparición de nuevas editoriales independientes es un indicio de que el sector editorial goza de buena salud?"

-No necesariamente. Crear una editorial es relativamente barato en comparación con otros tipos de negocio: no necesitas comprar o alquilar un local, las nuevas tecnologías facilitan mucho las cosas, la recuperación de determinados clásicos suelen estar libres de derechos, ... Eso sí, es necesario invertir en grandes cantidades un bien preciadísimo: tiempo.

"Además de construir un catálogo con un registro propio que se diferencie del de las demás y que vaya dirigido a un público puntual, ¿qué más tiene que hacer una editorial para encontrar su lugar?"

-Fundamental una empatía con una sólida empresa distribuidora que mantenga unos fuertes lazos con las principales librerias.
Trabajarse continuamente a la prensa.
Mimar las ediciones. Cuidar todos los detalles que conforman un ejemplar de calidad, ¡ojo! tanto el interior como el envoltorio. Crear un objeto bello en definitiva.

Y sí, desde hace unos años hemos asistido a la eclosión de un sinfín de nuevas editoriales. Mirad, quizá desde que acabaron aquellos procesos de "compras y adquisiciones" por parte de grupos editoriales a finales de los 90. Yo lo veo como un ciclo vital, entonces se contrajo el mercado y ahora se expande.

Unknown dijo...

Me temo que esto puede empezar a parecer una conversación entre amigos, porque soy una parte de Veintisiete Letras. Aceptemos que tenemos potenciales lectores. Aceptemos que tenemos libros que nos respaldan por su calidad. La clave de la supervivencia está en la visibilidad. ¿Cómo nos hacemos visibles? A través de los medios de comunicación -tradicionales y no- y, sobre todo, de un espacio en las librerías. De los medios de comunicación podemos hablar otro día. Me gustaría mucho leer la opinión de los libreros sobre los temas que habéis planteado. ¿Qué opinan ellos de nosotros, "nuevas editoriales independientes"? ¿Les incordiamos? ¿Les interesamos? ¿Quieren o pueden detenerse en nuestros proyectos cuando, efectivamente, están saturados por los servicios de novedades (a veces impuestos) de las editoriales grandes y medianas, obligadas a una sobreproducción para mantener sus estructuras?
María Moreno

martín gómez dijo...

Enrique, Llegidor, María, muchas gracias por sus comentarios. Me parece que son muy interesantes y que aportan mucho a esta reflexión. Yo desde mi posición tengo una percepción parcial de todo esto y planteo abiertamente todas estas preguntas para entender mejor lo que está pasando en este ámbito en el que todos estamos interesados. Como dice María, sería súper enriquecedor saber qué piensan los distribuidores, los libreros, la gente de los medios y quienes trabajan en los demás sectores implicados en este asunto.

Al final cada quien ve lo que su posición le permite, por lo cual me gusta mucho este ejercicio de intercambiar puntos de vista. Creo que los comentarios de Enrique, Llegidor y María dan cuenta de una perspectiva que tiene en cuenta los distintos elementos que están en juego, que sobrepasa la defensa ciega de los intereses de un sector en particular y en la que no hay ningún afán de simplificar las cosas. Sin lugar a dudas la sensatez y la lucidez de las respuestas de Llegidor y María se suman a las de los comentarios previos de Enrique.

Claramente ya no estamos frente a opiniones aisladas sino más bien frente a un diálogo orientado a entender la dirección que está tomando actualmente el mercado editorial.

Invito a los demás a ver los puntos de vista que hace unos días planteó Enrique en la entrada '¿quién dijo sobreproducción y saturación en el mercado editorial?'.

Un saludo para todos.
Martín.

El llegidor pecador dijo...

Verás, María, los nuevos proyectos editoriales no les interesan en absoluto a la mayor parte de libreros, ¡ojo! no son todos, pero son, digamos, la clase media. De esas nuevas editoriales "independientes" no querrían tener ninguna notícia mas que una entrada en su base de datos para que si un cliente les pide un ejemplar, saber dónde encargarlo.
Les da pereza, mucha pereza, hacer el esfuerzo de empezar la rutina de trabajar nuevos proyectos. Es así en el 70% de librerias. No hay ilusión ni ganas; esos libreros funcionan por automatismos y avanzan, de manera rutinaria, por un camino marcado. No hay ni creatividad ni inventiva a la hora de trabajar los nuevos fondos que les llegan.
¿Descorazonador? Bueno, quedan un puñado de libreros que aún sienten que su oficio conlleva una especie de "responsabilidad cultural", que no creen que la libreria haya de ser un tipo de establecimiento farmacéutico donde llega el cliente con el título en un papel, se le encarga y al día siguiente se lo lleva empaquetadito a su casa, sino que creen en ofrecer, en mostrar, en exponer, en conseguir seducir con sus propuestas, en ser también, de algún modo, "editores".

Anónimo dijo...

Es interesantsísimo los que planteas y leer los comentarios no hace sino reforzar lo que llevo constatando desde hace un tiempo (tiempo en el que estoy montando con mucha ilusión una nueva editorial). El apoyo de un distribuidor resulta difícil si no cuentas con contactos, y el apoyo de las librerías (de la mayoría de ellas) es más bien nulo.
Un saludo

martín gómez dijo...

Sara, muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te sumes a esta reflexión a la que Enrique, María y el Llegidor pecador han hecho aportes tan interesantes.

Mucha suerte con tu empresa editorial.

Un saludo y espero que sigamos en contacto.
Martín.