influencias silenciosas
Mientras escribía mi entrada de ayer se me atravesó la siguiente pregunta: ¿las personas que desempeñan distintos trabajos dentro de la industria editorial o que de alguna manera están vinculadas con ella serán conscientes de la influencia que ejercen sobre las posibilidades y las decisiones de los lectores del común?
Desde el editor hasta el librero, pasando por el agente literario, el scout, el lector de manuscritos, el traductor, el diseñador, el ilustrador, el maquetador, el corrector, el impresor, el encargado de prensa, el distribuidor y el comentarista de libros, cada uno va contribuyendo de la manera que su posición en la cadena de producción se lo permite a moldear el panorama al que se enfrentará todo aquel que en algún momento tenga la intención de escoger un libro para dedicarle una parte de su tiempo a leerlo.
Aunque algunos de estos trabajos son silenciosos e invisibles, es inmensa la influencia que quienes los desempeñan ejercen con su labor de todos los días sobre la oferta que tenemos a nuestra disposición los lectores del común para seleccionar nuestras lecturas.
Estamos acostumbrados a hablar mucho sobre los autores y los editores, a recoger sus opiniones y a registrar cada uno de sus movimientos. Sería interesante tener la oportunidad de conocer la percepción que su experiencia les ha permitido formarse sobre los distintos aspectos del mercado editorial a quienes desempeñan estos oficios a los que les prestamos tan poca atención.
9 comentarios:
En mi trabajo abarcamos desde el diseñador hasta el impresor, pasando por el ilustrador, el maquetador y el corrector.
Es cierto que son trabajos silenciosos, y que nadie ve en el momento en el que se desarrollan (ni siquiera el autor, a veces) pero definitivamente son fundamentales para el éxito/fracaso de un libro: un diseño de colección inadecuado no venderá; una incorrecta maquetación hará ilegible el contenido; una impresión defectuosa retraerá al comprador; y si la traducción es deficiente dificultará enormemente la comprensión del texto.
Yo siempre he tenido claro todo ésto, pero, profesionalmente, la percepción que recibimos es que nuestro trabajo es siempre prescindible: ajuste de costos, plazos imposibles, condiciones de trabajo caóticas...
Y la pregunta sin respuesta es ¿dónde (o quién) se queda el dinero si los libros con caros y en España se editan casi 70000 títulos anuales?
Un saludo
Te doy la razón en todo lo que dices y añadiría que tanto las condiciones de trabajo como la paga por los servicios prestados son bastante precarias.
Siempre se ha dicho que los intermediarios (que si lo piensas hay muchos: agentes, editores, distribuidores, transportadores, libreros, etc.) son quienes se quedan en mayor o en menor medida con el grueso del dinero del negocio editorial.
Un saludo para ti también.
Cuando termina el trabajo de ECLÉCTICO, empieza el mío, la promoción del libro. La sensación que se tiene de nosotros en general, es la de personas simpáticas a las que se nos paga por charlar por teléfono, pero cuando aparece una reseña en Babelia, etc, nos ponemos todos contentos. Existe una altísima rotación de los encargados de comunicación en las editoriales, lo que demuestra una actitud por cierto prescindente; pero un libro e incluso una editorial sin promoción, son a esta altura impensables. La promoción es tan importante como una buena portada y una atractiva contraportada (exquisito subgénero literario).
Y aun así, todos estos elementos combinados de manera óptima, lo que buscan es acercarse todo lo posible al lector. Porque a ciencia cierta, nadie sabe en última instancia cuáles son los motivos que hacen de un libro un best seller o un fracaso. Me gustaría sugerir en este apartado promoción la lectura del estudio sobre las Tendencias Web 2.0. en el sector editorial de dosdoce.com.
Respecto de la pregunta de ECLÉCTICO, sería interesante desglosar el número. De esos 70000 títulos cuántos se venden, cuántos se devuelven, cuántos se destruyen, cuántos se donan,...
Un saludo
Claro, cada uno de estos oficios es imprescindible para garantizar el éxito de un libro pero ninguno de ellos es suficiente por sí solo para conseguirlo. Es decir, es necesario intentar controlar muchas variables a la vez. Y supongo que muchas veces el éxito o el fracaso viene por donde menos te lo piensas.
Lo importante es que a cada quien se le reconozca el mérito por su trabajo en lugar de que todo el crédito se lo lleven las divas (entiéndase el autor y en cierta medida el editor).
Gamboa: un poco de info adicional en http://www.elpais.com/articulo/cultura/alud/novedades/desborda/librerias/elpepucul/20071003elpepicul_1/Tes
Pues nosotros somos los vendedores del libro al librero. Todo lo bueno que se dice del oficio de librero se nos puede aplicar; somos prescriptores para con las librerías, es decir somos una especie de libreros para libreros. Y no tenemos absolutamente nada de todo lo malo del oficio librero, por ejemplo nunca rechazamos novedades, ni nunca hacemos devoluciones. ¿Lo veis? Somos encantadores.
¡Pues al parecer el de distribuidor es el trabajo ideal! ¿A quién le puedo mandar mi currículo?
En el blog Addenda et Corrigenda, formado por profesionales de los oficios del libro (traductores, correctores, lectores profesionales, redactores, editores de texto, lexicógrafos) procuramos dar ese punto de vista, que puede leerse, más ampliamente, aquí:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1389765
Silvia, muchas gracias por tu comentario y por la referencia del artículo (acabo de descargarlo). Siempre ando atento a las actualizaciones de Addenda et Corrigenda (de hecho, gracias a ustedes pude acceder ayer a una versión electrónica del discurso de Quim Monzó en castellano).
Un saludo.
Martín.
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