lunes, 22 de septiembre de 2008

destino bogotá [ 3 ] / mi bibilioteca en bogotá

Aunque me fui de donde mis papás hace cuatro años, ayer cuando mi papá abrió la puerta de su casa me dijo: ‘siga, mijo, que ésta es su casa’.


Cuando entré a mi cuarto de siempre para dejar mis cosas, lo encontré en este estado:






Mi mamá es una maniática de la limpieza y durante dos años limpió dos veces por mes cada uno de mis libros para evitar que estuvieran llenos de polvo hasta que decidió cubrir mi biblioteca con unos plásticos de esos de pelotitas en los que vienen envueltos los electrodomésticos. Una vez quité los plásticos —que pondremos de nuevo cuando yo regrese a Barcelona—, ésta era la vista de mi biblioteca.





Como mi cuarto no es muy grande y cuando estaba en la universidad era un comprador compulsivo de libros, en algún momento tuve que empezar a utilizar cualquier rinconcito para meter mi biblioteca. El panorama es éste:










Cuántos libros por leer —y por releer sólo en mi biblioteca y qué poco tiempo para hacerlo. De momento me conformaré con poder cogerlos, tocarlos y hojearlos.

4 comentarios:

subal dijo...

Fantástico, amigo, fantástico!

martín gómez dijo...

¡Merci, maco!

Apelaez dijo...

Oiga, el cuadro del malpensante lo cambio de sitio de foto a foto, no?

martín gómez dijo...

No, Peláez, el cuadro nunca se ha movido. Lo que pasa es que como antes compartía el cuarto con mi hermano del medio hay dos camas y cada una tiene su biblioteca encima.

Cuando mi hermano mayor se casó, el del medio se fue para el cuarto de éste que era más grande y yo me quedé con el cuarto pequeño que compartíamos. Y por más que jodí y jodí mi mamá nunca me dejó sacar la otra cama, que yo terminé convirtiendo en una especie de toldito de vendedor ambulante en el que ponía todo lo relacionado con asuntos pendientes.