domingo, 9 de septiembre de 2007

lecturas de fin de semana [ 46 ] / andrés neuman sobre el señor mercado

En el suplemento cultural de Clarín apareció hace poco "15 asuntos sobre el Señor Mercado", un texto de Andrés Neuman acerca de distintos aspectos del mundo literario y del mercado editorial. A continuación reproduzco un fragmento del texto de Neuman acerca de las confusiones generadas al relacionar el volumen de publicaciones, las cifras de ventas y la calidad literaria:


9. El problema de la cantidad, o la aritmética en casa: hay quien opina que el Señor Mercado obliga a demasiados escritores a producir (palabra horrible y errada: la literatura, incluso la literatura mala, no se produce, se escribe) una determinada cantidad de libros para no perder su lugar en la familia. Es posible que haya casos; aunque no creo que por ese camino se hayan frustrado grandes talentos. El mercantilismo, entonces, ¿significaría alta cantidad o baja calidad? Ambas cosas no son la misma ni se explican mutuamente. Si la cantidad fuese por fuerza en desmedro de la calidad, o viceversa, entonces Bach sería peor que Bruckner. Los prolíficos Tolstoi, Quevedo, Goethe o Sor Juana serían mucho peores que los parcos Rimbaud, Garcilaso, Camus o Tsvietaieva. Andahazi sería mucho mejor que Aira. Y Picasso sería un pobre diablo al lado de Vermeer (bueno, esto último dejen que lo piense). Creo que más bien se trata de una cuestión de necesidad íntima, de ritmo interior, una especie de frecuencia cardíaca. Por otra parte, la literatura de consumo rápido no es nueva y de hecho existe casi desde la imprenta: en el siglo XVII fueron las novelas de caballería, en el XIX fueron los folletines por entregas en los diarios, y hoy se llama best seller. Pero, ¿cómo se reconoce un best seller? ¿Por lo que vende? Entonces Cien años de soledad sería lo mismo que El Código da Vinci, o Saramago y Paul Auster (que arrasan en las listas de ventas) compartirían habitación con Paulo Coelho y Pérez Reverte. O, más paradójicamente, pensémoslo a la inversa: si un novelón edulcorado de execrable prosa fracasase en conseguir las ventas esperadas, ¿dejaría por eso de ser literatura de consumo?

1 comentario:

Camilo Jiménez dijo...

Comencé a leer la columna muy entusiasmado, porque lo que he leído de Newman me ha gustado mucho y el tema me entusiasma, pero estaba tan pesada... Como para leer con abrelatas.