miércoles, 29 de octubre de 2008

sobre el estudio “digitalización del libro en españa”, realizado por dosdoce.com y ediciona

Durante esta semana algunos importantes blogs y medios de comunicación han comentado las conclusiones del estudio “Digitalización del libro en España”, realizado por Dosdoce.com y Ediciona durante Liber 2008. El estudio fue publicado a principios de esta semana y puede descargarse gratuitamente haciendo clic aquí.




Los resultados del estudio me hacen pensar que la percepción de los editores españoles con respecto a las nuevas tecnologías está empezando a cambiar, lo cual es un indicio de que poco a poco las visiones escépticas y apocalípticas frente a la inevitable evolución de la actividad y del negocio editorial podrían tender a volverse minoritarias.


Dice el estudio que ‘el 69% de los encuestados considera que la principal prioridad de las editoriales ante el reto de la digitalización del libro es la definición de su modelo de negocio’. El crecimiento del número editoriales que comercializan contenidos digitales o que piensan hacerlo en 2009, la importancia que se le da a la formación en nuevas tecnologías o el carácter prioritario de la negociación de los derechos digitales son algunas evidencias de que algunas cosas están empezando a cambiar en el sector editorial español.


Hay un aspecto específico del estudio que me ha llamado particularmente la atención:


Existe desacuerdo entre los profesionales españoles y los europeos acerca de la principal vía de ingresos dentro de 10 años


Según una encuesta a 1.000 profesionales del sector del libro de 30 países, realizada por la organización de la última edición de la Feria de Frankfurt, el 40% de los encuestados opina que los ingresos derivados de la venta de libros electrónicos superarán dentro de una década, en 2018, en volumen de negocio al papel.


Sin embargo, el 48% de los profesionales del sector del libro encuestados por Dosdoce y Ediciona durante la pasada edición de LIBER considera que la principal vía de ingresos de las editoriales españolas en el año 2020 seguirá siendo los libros en papel. Tan sólo un 16% piensa que los libros electrónicos se convertirán en la principal vía de ingresos.


Curiosamente, los resultados de la encuesta también demuestran que la mayoría de los editores españoles sigue analizando su futuro modelo de negocio sin tener en cuenta otras posibles vías de ingreso y de crecimiento que ofrece la economía digital. Según la encuesta realizada por la Feria de Frankfurt, el 22% de los encuestados consideraba muy importante llegar a acuerdos con la industria del cine, un 18% apostaba por establecer alianzas comerciales con la industria discográfica y un 13% con la industria del videojuego’.


¿A qué se debe esta diferencia? ¿Será una consecuencia del hecho de que España no sea un desarrollador potente de tecnología como Alemania, Francia o Inglaterra? ¿Tendrá alguna relación con el grado de madurez que ha alcanzado el mercado español en el campo de la tecnología? ¿Sería distinta la situación si en España hubiera más early adopters?


Aunque el estudio deja ver que ha habido un cambio de actitud por parte de los editores, esta diferencia con respecto a sus colegas del resto de Europa o el hecho de que ‘utilizar las nuevas tecnologías para promocionar sus productos en la Web y el rediseño de los sitios Web es lo que los profesionales consideran menos importante’ sugieren que la adopción de una nueva mentalidad con respecto a los contenidos digitales puede llegar a ser más lenta de lo deseable y que, por lo tanto, el sector estará menos preparado para asimilar el impacto de las transformaciones que están teniendo lugar en su entorno.

2 comentarios:

Portnoy dijo...

A nivel editorial y empresarial el miedo o la prudencia no tienen nada que ver (creo) La cuestión, que creo que es lo que finalmente nos interesa, es el precio final al cliente. Lógicamente deberían ser más baratos que los de papel ya que en el precio de los libros tradicionales van incluidos una serie de recargos producto de su fabricación. Esos recargos desaparecerán en los formatos electrónicos, pero, me juego lo que quieras, a que el libro electrónico (de hecho un simple archivo que se cargará en un aparato) será mucho más caro que su equivalente en papel debido a la posibilidad de difundirlo a través de la red una vez comprado.
Un saludo, siempre es un placer leerte

martín gómez dijo...

Hummmmm, claro, la cuestión es cómo fijar el precio de los contenidos y cómo establecer la remuneración al autor una vez se hace evidente la supresión de los gastos de impresión, logística, almacenamiento y distribución.

Seguimos, señor Portnoy...