viernes, 6 de marzo de 2009

notas sueltas [ 1 ] / librerías, mesas de novedades, compras, crisis, balcanes y recomendaciones de lecturas

Ayer tenía una reunión de trabajo a las 18.00 y luego una cita a las 20.00 en la zona de Gràcia. Mi reunión sólo duró quince minutos, estaba haciendo frío porque había mucho viento y necesitaba moverme para mantenerme despierto porque tenía encima todo el cansancio de la semana, así que para matar el tiempo decidí ir a ver libros al Abacus de Balmes. En el fondo tenía ganas de antojarme de alguna cosa y quería terminar la semana comprándome algún libro.




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Dos observaciones con respecto al impacto de situaciones coyunturales sobre la oferta de las mesas de novedades en la zona de literatura en castellano: en primer lugar, que entre reediciones de libros que habían salido hace años y primeras ediciones de títulos que no se habían publicado antes en España había una decena de obras de Le Clézio —Nobel de literatura de 2008— editadas por La otra orilla, Tusquets, Adriana Hidalgo, Seix Barral y Cátedra. La narrativa francesa contemporánea me produce tanto tedio, que la verdad es que ni por un momento me planteé parar a echarles un ojo.


Y, en segundo lugar, la aparición de un montón de libros de Scott Fitzgerald que podría marcar un mini boom de este gran escritor estadounidense a raíz de la reciente llegada a las salas de cine de la película El curioso caso de Benjamin Button —basada en su cuento del mismo nombre—. A quienes por el boom de la película salgan a comprar los libros de cuentos de Fitzgerald es necesario advertirles que es probable que se lleven una que otra decepción inesperada porque se encontrarán con más de un relato flojo que fue escrito con fines alimentarios durante los años en los que las penurias económicas del escritor y sus excesos con el alcohol llegaron a su punto máximo.


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Como soy caprichoso, eso de que tenía ganas de antojarme de alguna cosa y de terminar la semana comprándome algún libro iba en serio. Me fui a la sección de narrativa anglosajona traducida, busqué si tenían algo de A. M. Homes y encontré un libro de cuentos con muy buena pinta que se llama Cosas que debes saber.


Por asociación se me vino a la cabeza el nombre de otra escritora estadounidense de la que me habló Javier hace unos meses y cuyos textos él ha comentado recientemente en su blog y en HermanoCerdo: Lorrie Moore. En la estantería encontré dos libros suyos editados por Salamandra: Pájaros de América y El hospital de ranas. No sé por qué el primero me llamó más la atención que el segundo pero leí la contraportada y empecé a sospechar que las historias de Pájaros de América me gustarían. Hojeé el libro deteniéndome en cualquier página y encontré varias frases que confirmaron mis sospechas.




Decidí llevarme Cosas que debes saber y Pájaros de América pero cuando empecé a caminar hacia la caja me acordé de que estamos en crisis y de mi promesa de no seguir comprando libros que no sé cuándo voy a leer. Un segundo de sensatez fue suficiente para poner en evidencia lo absurdo que era el impulso de comprar dos libros que seguramente no leería próximamente. Estaba claro que lo más sensato, y sobre todo en estos tiempos de incertidumbre, era no comprar nada. Y esa fue la decisión que tomé pero que no pude sostener porque ya tenía la ilusión de salir de allí con algún libro nuevo.


Como soy caprichoso pero también me gusta tener algo asegurado, decidí ir a la fija y llevarme Cosas que debes saber porque después de haber leído Este libro te salvará la vida para mí A. M. Homes es un valor seguro.


Un par de anotaciones al margen:


1. en general los libros de Salamandra me parecen feísimos.

2. las fotos de A. M. Homes que pone Anagrama en las solapas de sus libros son de lo más ochentero que he visto últimamente. Me encantan.


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Una vez hecha mi compra volví a subir a Gràcia para encontrarme con Isabel Núñez en el café Salambó. Yo le había propuesto que nos pusiéramos una cita para que me diera un ejemplar de Si un árbol cae. Conversaciones en torno a la guerra de los Balcanes porque a pesar de que ella le pidió dos veces a la gente de Alba editorial que me lo enviara, nunca recibí el libro. Durante un poco más de media hora Isabel me habló acerca del origen de la idea de hacer el libro, de la forma como todo se fue confabulando para que lo hiciera, de la manera como se las arregló para viajar en varias ocasiones a los Balcanes a pesar de lo costoso que resultaba, de cómo se movía allí durante sus viajes, del escaso interés que hace unos años suscitaba su proyecto en las instancias de financiación de proyectos de investigación, de su contribución a dar a conocer entre algunos editores españoles a los escritores que entrevistó, de los comentarios que le había hecho Juan Goytisolo sobre Si un árbol cae y de los recelos que ha provocado su libro entre quienes consideran que sólo ellos pueden hablar de los Balcanes.





Mientras oía hablar a Isabel sobre lugares que yo nunca había oído mencionar como si se tratara del barrio vecino o de escritores con nombres impronunciables como si fueran amigos suyos de toda la vida tuve más que claro cuál es el próximo libro que voy a leer.


***


Durante mi reunión de trabajo me llamó Ana para proponerme cambiar los planes que teníamos para la noche. Dos minutos después de colgar volvió a llamarme. ‘Oye’, me dijo, ‘ahora que te llamé se me olvidó decirte una cosa: el libro que me diste esta mañana ya me hizo llorar’. Se refería a El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince.




Le pregunté si le estaba gustando, me dijo que sí y yo le dije que se lo había dado porque estaba seguro de que le iba a encantar. Le dije también que yo había sido muy feliz cuando leí ese libro.


Me parece bonito cuando se le recomienda un libro a alguien y le gusta porque así de repente se crea un vínculo bastante especial con esa persona.


17 comentarios:

Belnu dijo...

Gracias! Qué bonita crónica d'esprit. También yo me encuentro en ese forcejeo de comprar-no comprar, desear leer y retrasar lecturas... Espero no haberte avasallado con tanta pasión balcánica... Sabes qué? Se me olvidó dedicártelo, ya había pensado lo que te pondría mientras andaba hacia el Salambo...
Lo de las portadas feas me pasa con Lengua de trapo, y no lo entiendo. En cambio, qué bonitos son los libros de Minúscula, por poner un ejemplo, o los de Pre-textos, o los de la Universidad de México

Javier Moreno dijo...

Lástima que no se haya animado por Birds of America. Seguramente le habría gustado.

Nanda dijo...

Hace poco encontré acá en Bogotá, en los saldos del Fondo de Cultura Económica un libro (tesoro) de Monterroso que se llama La palabra mágica. Uno de sus textos, cortos como siempre, hablaba justamente de la relación que crean las personas alrededor de un libro “…ahora lo toma en sus manos incrédula ante tanta maravilla que antes ni sospechaba, lo paga y se lo lleva a su casa, habla de él con sus amigos, lo presta o no lo presta, según, subraya párrafos, y en la noche, no importa la hora, despierta a su esposa o esposa y le dice “oye esto”…”

Raúl dijo...

¿No decías que ibas a dejar de comprar libros que no ibas a leer de inmiediato? Jeje. Debemos admitirlo: esto es una droga y estamos enganchados.

Hae unos días intenté leer por segunda vez Pájaros de América. y por segunda vez lo abandoné.

Y sí, la foto de Lorrie Moore es muy, pero muy, ochentera.

En general no me llevó bien con Salamandra; ¿será por sus portadas?

Me permito recomendarte desde aquí un libro de relatos (igual ya lo conces...): Como una historia de terror, de Jon Bilbao.

Un saludo,

Raúl

El llegidor pecador dijo...

Ahora que Bertrand abre en Barcelona, van ustedes proponiendo no comprar libros por esto de la crísis.

martín gómez dijo...

Isabel, pues la próxima vez que quedemos para que me des el libro de Global me escribes mi dedicatoria. Más que avasallarme con tu pasión balcánica yo diría que despertaste un nuevo interés en mí.

En efecto, las portadas de Lengua de trapo son más bien feítas. Y sin lugar a dudas los libros de minúscula y Pre-textos son no sólo buenos, sino también lindísimos.

Un abrazo y de nuevo muchas gracias por el libro.
Martín.

martín gómez dijo...

Nanda, qué certero el texto de Monterroso que citas. Gracias por traerlo a colación. Su contundencia demuestra que el tipo hizo bien en escoger las formas breves.

Por cierto, los saldos del FCE están llenos de joyitas a precio de huevo. Lo malo que tienen es que joden a las demás librerías porque ponen los libros a unos precios tan bajos que dejan a los otros fuera de la competencia.

Seguimos...

Raúl dijo...

¿Y dónde encuentras esos saldos del FCE??

Roberto Angulo dijo...

Martin, no es absurdo comprar libros que uno no va a leer próximamente...vamos compadre, cumplirse las promesas no es sinónimo de racionalidad ja.
Un abrazo compaíto

(compa, me compré la MITO casi completa! y voy a durar mucho tiempo deleitandome con su lectura, no solo inmediatamente a la compra)

martín gómez dijo...

Raúl, los famosos saldos del FCE a los que nos referimos los hacen en Bogotá. Normalmente estaban en la Biblioteca Luis Ángel Arango o en la Universidad Nacional pero supongo que ahora que el FCE tiene su propia librería, que por cierto es buenísima, los hacen allí mismo.

Yo sé que había dicho antes que no iba a seguir comprando libros que no iba a leer pronto pero caí en la tentación y no pude resistirme a ella. Me siento como un maniacodepresivo que acaba de pasar por un momento de euforia motivado por la cercanía del fin de semana.

En cualquier caso creo que leeré pronto el libro de cuentos de A.M. Homes y sigo con ganas de leer Pájaros de América porque se me quedó la espinita adentro.

Le echaré un ojo al libro de cuentos que me recomiendas.

Seguimos...

martín gómez dijo...

Bueno, Llegidor, con o sin crisis siempre habrá un rato y un par de billetes para comprarse algún librito.

Habrá que ver qué tal está Bertrand. ¿Tú ya fuiste? Yo no lo he hecho todavía pero me mata la curiosidad.

Saludos.
Martín.

martín gómez dijo...

Angulo, yo sé que para un lector tiene mucho sentido comprar libros que no va a leer próximamente pero a mí no deja de angustiarme que mi biblioteca siga creciendo y con ella la brecha entre mis libros que no he leído y aquellos que sí.

Pero bueno, al final sé que tengo la intención de leerlos y que muy probablemente algún día tendré o encontraré la oportunidad de hacerlo. Para un lector la construcción de una biblioteca es un proyecto, ¿no?

Con lo de Mito que se compró tiene lecturas pa' rato, ¿no? ¿De Mito no han sacado antologías o reediciones conmemorativas?

Seguimos, Angulo...

martín gómez dijo...

Javier, tranqui que ya le llegaré a Pájaros de América y que entonces lo comentaremos.

Lo veo pronto, ¿no?

Pazcual dijo...

Fotos ochenteras? Me he reído un montón con eso. No sabía que el Curioso Caso venía de un cuento, y ya que dices que es flojo, de pronto lo lea (por eso de que da sueño).

Vi el libro de las Cosas que debes saber, pero no le presté mucha atención porque 1. Iba de rapidez y 2. estaba buscando un libro...que ahora no encuentro el nombre...ni me acuerdo..En fin, se me fue.

Por último, el libro acerca de la Guerra de los Balcanes suena interesantisimo. A ver si lo encuentro, que ahora libros de historia no es que se vean muchos *O que a mí me gustan ejem ejem*

Saludos van,

Paz

martín gómez dijo...

Paz, no sé si el cuento en el que se basa la peli sea flojo pero lo cierto es que en su afán por conseguir plata para pagar las cuentas Fitzgerald escribió más de un cuento más bien malito.

Ya te contaré cómo me va con Cosas que debes saber. Pienso leerlo uno de estos fines de semana. El estilo de A. M. Homes me gusta un montón.

El libro balcánico de Isabel tiene muy buena pinta. Será con toda seguridad mi próxima lectura...

Seguimos...

andrea p. dijo...

Me gustaría mandarte un texto muy breve que escribí sobre Homes, Moore y otras; casi creo que te haría volver a la librería. Pero ni idea de cómo se mandan adjuntos en este formato. Saludos, A.

martín gómez dijo...

Andrea, mil gracias por el ofrecimiento. Me hace mucha ilusión recibir y leer tu artículo.

Puedes enviármelo a martingomez78[arroba]gmail.com

Saludos.
Martín.