lunes, 9 de marzo de 2009

lectores digitales y libros electrónicos en la prensa generalista

La reciente aparición en El País de varios artículos sobre los lectores digitales y los libros electrónicos me hace pensar que el momento en el que el gran público y ciertos sectores de la industria editorial dejarán de satanizarlos podría estar acercándose*. Seguramente los lectores digitales y los libros electrónicos seguirán siendo vistos como una amenaza o como un sustituto insuficiente de las publicaciones en soporte papel pero es probable que su aparición en medios de interés general facilite entre la audiencia de éstos un conocimiento más realista de las características de estas tecnologías y una sensibilización frente a ellas.





Por lo menos en nuestro medio, hasta ahora el de los expertos en nuevas tecnologías o en edición digital parecía ser el único ámbito en el que lo que se decía sobre los e-readers y los e-readers no se basaba en opiniones construidas a partir de rumores o en especulaciones fundamentadas en prejuicios. Y es normal que fuera así porque hasta el momento la penetración de este tipo de dispositivos y contenidos en nuestro mercado ha sido mínima. Sólo ahora que empieza a haber una oferta aún incipiente de libros electrónicos los medios de interés general comienzan a interesarse en el tema y a darle visibilidad por fuera del circuito de las publicaciones especializadas o de los foros de especialistas.


Si tenemos en cuenta que la información que aparece en los medios es la fuente de muchas de nuestras conversaciones y de la atención que les prestamos a algunos temas, no sería raro que dentro de un par de años los lectores digitales y los libros electrónicos fueran tan conocidos —aunque no por eso tan ampliamente utilizados— como lo son hoy en día los reproductores portátiles de música, las cámaras fotográficas digitales, los GPS o los teléfonos móviles 3G.


¿Qué son los lectores digitales y los libros electrónicos: la encarnación del demonio, una amenaza, una promesa evidentemente insatisfecha de la superación del papel, una herramienta de trabajo o el mejor y más cómodo posible entorno de lectura?


Sea cual sea la respuesta o la razón que eventualmente motive un cambio de actitud, lo importante es tener la oportunidad de formarse una opinión a través de un conocimiento de primera mano o de fuentes confiables en lugar de hacerlo a partir de rumores y prejuicios.


* Me refiero sólo a los artículos de El País porque son los únicos que he leído. Seguro que en otros medios de interés general también empiezan a publicarse cosas sobre este tema. Los artículos en cuestión son los siguientes:


- “Los grandes de las letras hispanas se digitalizan”

- “Libro electrónico: ruegos y preguntas”

- “Micropantallas para un libro digital sin límites”

6 comentarios:

Pazcual dijo...

Hasta el sol de hoy, yo sólo he visto un sony reader y fue la sencilla imagen que sumercé muy amablemente subió al blog. De resto, jamás. Me parece bien que existan estos aparatos, y ¿porqué no? si está dentro de las oportunidades económicas de uno, y a uno le gusta...Yo no me veo diciendo no a uno de éstos. Sin embargo, yo soy muy rarita y me gusta, aparte de leer, coleccionar libros. Es más la ambicion más grande en cuanto a los libros se refeire es tener muuchos titulos..Y una biblioteca grande. Muy grande. Hasta ahora, la cosa va por buen camino, ya veremos como sigue la cuestión.

Estoy de acuerdo contigo cuando dices que es mejor formarse una opinión por una fuente certera que por palabras ajenas, que lo que hacen es confundir y tergiversas X ó Y información.

Saludos van,

Paz.

P.D.: Gogol me durmió. Pero estoy haciendo el esfuerzo...Es un buen libro pero luego de 12 páginas me entra el sopor.

El llegidor pecador dijo...

De la visita a lo nuevo de Bertrand:

1.El espacio: amplísimo, enorme, sin estrecheces, una anchura realmente espectacular y, a pesar de lo grandioso, aprovechan a su favor el desnivel del antiguo cine para crear una serie de niveles con cierto encanto. La panorámica desde el fondo de toda la librería es fastuosa.

2.La luz: Tanto de día, merced al patio trasero, como de noche, con una estudiada iluminación, la sensación de claridad y blancura es apabullante.

3.Los muebles y espacios: La entrada es fría y en ella sólo se salvan unos acogedores nichos donde resguardarte para ojear la sección más literaria.
La parte de los libros infantiles dispone de unos espectaculares muebles dispuestos de manera desordenada, a modo de laberinto, y forrados mediante una especie de acolchado muy agradable al tacto.
Preciosa la panorámica desde el extremo de un pasillo elevado a la izquierda que hay a mitad de tienda.

4.Lo peor: los escaparates, sosos, sin vida y muy aburridos. También, el primer tramo de librería, excepto las mencionadas colmenas de la derecha, con protagonismo excesivo de unas previsibles mesas llenas, en demasía, de bestsélers.

martín gómez dijo...

Llegidor, tengo que ir a Bertrand hoy mismo. Después de esta descripción que has hecho quiero ver el espectáculo con mis propios ojos.

Seguimos...

Jorge dijo...

Puede significar el inicio de un cambio de tendencia: del "miedo" al libro digital a su aceptación natural. Y los medios de comunicación masiva juegan un papel importante en ese hipotético cambio de tendencia. Bienvenido sea, en todo caso. Quizá "profetizo" Javier Celaya, para fines de año algún periódico regale un lector digital, como ahora regalas cámaras y otras cosas.

martín gómez dijo...

Hummmmmmm, Paz, a mi Gógol me encanta aunque tus razones tendrás para que te haya aburrido.

Sin lugar a dudas la biblioteca es el proyecto último de muchos lectores entre los que me cuento. Aunque claro, hay personas que no se apegan a los libros y que una vez los leen se desprenden de ellos. Por eso muchas veces ni los compran: los piden prestados a amigos o en bibliotecas.

Saludos de vuelta.
Martín.

martín gómez dijo...

Jorge, esperemos que con la entrada del tema a la prensa generalista el miedo a lo nuevo le abra paso a una actitud más receptiva, realista y pragmática y que llegue pronto el momento en el que, en palabras de Javier, no seguirá siendo necesario evangelizar y profetizar con respecto a los lectores digitales y a los libros electrónicos .

Aunque los artículos de El País no sean ninguna maravilla, el hecho de que este diario ponga el tema en sus páginas ya le da una relevancia y una legitimidad públicas. Y claro, es un primer paso hacia un posible cambio de actitud y hacia una sensibilización en los sectores que siguen siendo reticentes con respecto a este tipo de tecnologías.

Sigamos...