jueves, 6 de marzo de 2008

decálogo de la edición independiente según el blog critical mass

Como la edición independiente es uno de los temas que más me interesa y de las áreas de la industria editorial cuyo fortalecimiento me parece fundamental, me llamó la atención una entrada del blog Critical Mass que sienta los principios bajo los cuales debería regirse alguien que quiera desempeñar como editor en este sector. Su título es justamente “Las diez leyes de la edición independiente”.


Aunque como todo código de conducta estas leyes son un poco moralistas y maniqueas, me parece que señalan algunos puntos interesantes.


1. Publique solamente los libros que a usted realmente le encantan


2. Publique solamente los libros que a usted mismo le ha gustado leer


3. Nunca publique más libros de los que puede leer


4. Nunca publique un libro que lo aburra incluso si cree que puede venderlo


5. Publique solamente libros que lo hagan pensar


6. No publique solamente ficción


7. Nunca piense que los libros hacen mejores a las personas


8. Esté siempre feliz por no tener que publicar los libros de sus competidores


9. Sea siempre consciente de que tanta lectura es mala para sus ojos y para su espalda


10. Los editores a quienes sólo les interesan los libros son peligrosos

6 comentarios:

Camilo Jiménez dijo...

Qué buen decálogo. Y no me pareció tan moralista. Qué bueno que hubiera más editoriales independientes en Colombia. Por acá apenas estamos en la etapa de concentración en grandes grupos. En cinco años veremos qué pasa.

martín gómez dijo...

Uy, aunque las ideas son buenas y honestas lo que pasa es que siento un tufillo que me hace recordar el raye que me dejó mi convivencia con los jesuítas entre los 7 y los 17 años.

Camilo Jiménez dijo...

Yo también estuve con ellos entre los 7 y los 18 (perdí un año). Quizá leyendo despacio pueda oír en el decálogo los ecos del acordeón de Julio Jiménez... Aunque pensándolo bien, mejor ni lo intento.

martín gómez dijo...

Dos cosas, Camilo:

uno, lo de los jesuítas es otro componente de nuestras vidas paralelas; y dos, sería divertidísimo hacer ese decálogo sobre los ecos del acordeón.

Anónimo dijo...

Hola Martín,

Hacía tiempo que no me pasaba por este ojo: vengo desde el post eco de Txetxu, sobre esta entrada.

Me gusta el decálogo, a quién no ¿verdad? Si alguien estuviera pensado en convertirse en editor independiente, estaría bueno que lo tuviera en cuenta; aumentaría la comunidad de buenas editoriales, habría más buenos libros por tanto y los lectores seríamos un poco más felices.

Pero planteado así, le veo poco desarrollo desde un punto de vista de mercado... Porque si sólo publico libros que me encanten realmente, sólo aquellos que he sido capaz de leer en profundidad y sin infoxicaciones, etc... seguramente publique muuuy poco... y venda muuuy poco... ¿Qué pasa entonces con las cuentas de resultados de nuestras empresas?

Me atrevería a decir, teniendo en cuenta el mercado actual en España que editores que hoy puedan ceñirse a éste decálogo, los hay sólo de dos tipos: los que la pasan bien porque disponen de "otros" recursos, y los que la pasan francamente mal, malviviendo y esas cosas...

Cualquier editor "entre esos dos extremos", especialmente aquellos cuya cuenta de resultados está saneada, han pervertido algún que otro punto.

Todo esto lo comento si a resultas de esta práctica, buscamos crear modelo, parámetros y directrices de trabajo alternativas. Me parece personalmente la panacea y no se me ocurre un mejor oficio... Pero no sé cuántos editores publican sólo lo que les gusta, cuántos se han leído en profundidad lo que publican, cuántos han rechazado un buen negocio en detrimento de la cultura, cuántos no están verdaderamente infoxicados...

¿Solamente aquellos libros que nos hagan pensar? ¿Pensar en qué!!! La situación actual, por ejemplo, en relación a las TIC y el Sector Editorial... ¿En qué andan pensando los editores?...

Es cierto que aquellos editores a quienes sólo les interesan los libros son peligrosos... Pero lo son porque se lo pueden permitir (o porque están locos que al caso es lo mismo).

Un abrazo desde Tökland.

martín gómez dijo...

Pablo, justamente a esto me refería cuando decía que 'estas leyes son un poco moralistas y maniqueas'.

Aunque admiro mucho a los editores que asumen el riesgo de publicar lo que se les antoja sin importar si su producto tiene salida comercial o no, los que más encuentro interesantes son aquellos que al decidir qué publican intentan mantener un equilibrio entre la calidad literaria de los libros, la apuesta por nuevas propuestas y la salida comercial.

En fin, creo que para construir un criterio editorial hace falta tener una mezcla de capacidad de reconocer la buena calidad y de pragmatismo.

Creo que las editoriales manejadas con ese criterio son las más viables a largo plazo en términos tanto económicos como de construcción de una reputación. Un editor que no se fija en lo que pasa en su entorno es un autista condenado a ser testigo de la desaparición de su empresa.

Espero verte pronto.

Un abrazo para ti y saludos a los chicos y a las chicas del equipo.
Martín.