la tentación del gazapo
Llamo a Abacus de la calle Balmes y pido que me comuniquen con la sección de literatura.
—Hola, buenas tardes— le digo a la dependienta que me responde. —Estoy buscando un libro que se llama Soldados de Cerca de un tal Salamina, de…—.
—Será Soldados de Salamina—, me interrumpe la dependienta.
—No, no— le digo rápido antes de que me tire el teléfono. —Éste es un libro en el que un librero cuenta anécdotas de clientes despistados. Por eso se llama Soldados de Cerca de un tal Salamina. El autor es un tal Eduardo Fernández.
La dependienta suelta una carcajada y me pide que espere un momento.
—No, nada —le dice a su compañera que le ha preguntado qué pasa—. Luego te explico. Que aquí hay alguien que me está preguntando por un libro…
Tratándose de este libro, podríamos decir que la situación no es del todo ridícula.
—Creo que sí lo tenemos —me dice la dependienta—. Pero espera, que te comunico con la sección de libros especializados.
—Vale-.
En la sección de libros especializados me responde el mismo tipo grosero de siempre, que me dice que sí tienen el libro. Acabo un par de cosas que tengo pendientes, cojo una chaqueta y me voy a Abacus. Cuando llego allí voy directamente hacia donde intuyo que está el libro. Lo cojo, me doy cuenta de que el epílogo es de mi amigo El Llibreter y me siento a hojearlo. Tras echarle un vistazo a un par de páginas me doy cuenta de que el libro es menos divertido de lo que esperaba, así que decido no comprarlo.
Sin embargo, me dejo llevar por el morbo y termino haciendo caso omiso de esta impresión evidente porque sé que tener el libro en mi mesita de noche será una buena solución para matar el aburrimiento ahora que Anita está en Colombia. Además, ya tengo bien pensada esta entrada.
Contada la anécdota, no quisiera terminar sin antes citar mis gazapos favoritos —de los cuales sólo uno tiene que ver con los ámbitos literario y editorial—:
- la canción Muchacha encantadora, de Los Chiches del Vallenato:
‘quiero ser un Miguel Ángel con pincel en mano
y hacer de ti otra Monalisa
y decir que tienes la misma mirada’.
- el concierto de Azúcar Moreno hace unos años en el reinado de la belleza de Cartagena (Colombia), durante el cual una de las dos cantantes saludó al público con un eufórico ‘¡Buenas noches, Bolivia!’.
- la historia verídica citada en Hablando del asunto:
‘Recibí por mail:
Recién llamó una señora a la editorial para quejarse por un Rayuela que compró y le vino fallado. Según argumentó, en el capítulo 34 las líneas salieron mal y el texto quedo alternado en líneas pares e impares. Eso no fue todo, porque ella llamó a ventas. Como en ventas no tenían presente el libro, llamaron al depósito para que se fijaran si todos los libros tenían el mismo “defecto”, lo cual confirmaron. Del depósito volvió a ventas la alerta y de ahí vinieron a edición al galope gritando el error’.
- la célebre evocación de El jorobado de Rotterdam hecha por Belén Esteban en El programa de Ana Rosa —a quienes quieran echarle un ojo pero no les interese ver el vídeo completo del programa Sé lo que hicisteis la última semana, le recomiendo ir al minuto 6.12—
Con respecto a Soldados de Cerca de un tal Salamina recomiendo la entrada L'error de Salamina, de El Llibreter.
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