miércoles, 13 de junio de 2007

el caso salamandra y harry potter

Mientras se mudaba hace unas semanas, Camilo Hoyos encontró en su casa un par de fólderes con material de un master en edición que había hecho un amigo suyo que ya regresó a Colombia. Ayer mientras ojeaba lo que había en ellos encontré un reportaje titulado ‘Editar, un oficio de riesgo’, publicado por la Revista Dominial de La Vanguardia el 15 de febrero de 2004. Tras una breve introducción, el reportaje recoge el testimonio de varios editores independientes con respecto a su experiencia: Sigrid Kraus, de Salamandra; Jaume Vallcorba, de Acantilado; José Huertas, de Lengua de Trapo; Encarni Sánchez y Juan Casamayor, de Páginas de espuma; Marta Tey y Menchu Solís, de ElCobre Ediciones; y Juan Luis González Caballero y Rafael Díaz Santander, de Valdemar.


El perfil de las editoriales, su trayectoria, sus estrategias tanto editoriales como comerciales y el balance de su experiencia son bastante distintos. Entre todos los testimonios, me llamaron particularmente la atención el de Sigrid Kraus, el de Jaume Vallcorba y el de José Huertas.


Con respecto a la compra de los derechos de Harry Potter, que fue el gran hit que cambió el destino de Salamandra pero no el único que ha tenido esta editorial, cuenta Sigrid Kraus:


'Yo era amiga del agente literario de J.K. Rowling, Christopher Little, entonces un representante muy pequeño, casi insignificante. Estaba moviendo el manuscrito en Inglaterra y me ofreció echarle un vistazo. Nosotros no teníamos una colección infantil específica y le dije que no; incluso le recomendé que lo mandara a otras editoriales españolas más especializadas… ¡Imagínese!'.


Después de que Little encargara un informe de lectura del original, el veredicto del lector que lo evaluó fue el siguiente: 'aburrido, demasiado largo, de estilo anticuado; no interesa al niño actual'. Kraus añade que


'Mi marido compara este informe con el telegrama que recibió el Santos, el equipo de fútbol brasileño, cuando mandó a espiar a un joven Pelé. El mensaje decía: ‘No interesa’. Creo que lo tienen enmarcado en la sala de trofeos'.


Al parece cuando Kraus se enteró de que la editorial Bloomsbury había comprado los derechos de Harry Potter sintió una cierta curiosidad y decidió leer el manuscrito para evaluarlo ella misma.


'La leí en el avión de regreso a Barcelona, y me encantó. Intenté comprarla inmediatamente. Me pidieron una cantidad [se rumorea que unos 10000 dólares] que hoy me parece ridícula, pero que entonces representaba muchísimo para una editorial que estaba empezando. Tras meditarlo, mi marido me convención y decidimos arriesgar'.


Ante los discretos resultados en ventas de Harry Potter en su fase inicial Kraus dice que


'Nos tranquilizaban asegurándonos que era un libro que funcionaba con el boca a oreja, que debía cumplir un camino antes de de explotar. Con el tercer y cuarto llegó el gran salto. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que estábamos ante un fenómeno editorial de dimensiones nunca vistas en el mercado hispano'.


La experiencia de Salamandra a raíz de la publicación de la saga de Harry Potter me suscita algunas preguntas: ¿hasta dónde llega el olfato de un editor avezado para saber que un manuscrito del que no tiene ninguna referencia puede ser un gran éxito? ¿cuánto del acierto que hay detrás de la publicación de un gran éxito depende de la capacidad del editor de interpretar lo que se conoce como ‘señales débiles’, como lo hizo Kraus al enterarse de que Bloomsbury había comprado los derechos de Harry Potter —el mismo libro de que su evaluador había dicho que era aburrido, demasiado largo y de estilo anticuado—? ¿cómo hace una editorial naciente a la cual un éxito inesperado como el de Harry Potter le ha cambiado el rumbo para adaptarse a las nuevas circunstancias sin que el hoyo negro que genera dicho éxito se la trague? ¿cuál estrategia editorial y comercial debe seguir esta misma editorial para evitar que se la identifique únicamente con su gran éxito y, de esta manera, desmarcarse del estigma que éste hace caer encima suyo?


Es inevitable plantearse una última pregunta sin respuesta: ¿cuál habría sido la suerte de Salamandra si no hubiera publicado Harry Potter?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, tan pertinentes son estas preguntas que creo que la editora de Salamadra merece una de sus famosas entrevistas.

La esperamos.

martín gómez dijo...

Claaaaarooooo. ¡No te imaginas las ganas que me dieron de entrevistar a la señora Kraus después de leer el reportaje!

Eduardo Varas C dijo...

Saludos, me cruzé con el 'ojo fisgòn' de casualidad y me ha encantado lo que he leído...

Felicitaciones

martín gómez dijo...

Vale, pues me alegra mucho que hayas llegado a [ el ojo fisgón ] y que te haya gustado.

Gracias por tu comentario.