notas sobre el español a propósito del iv congreso internacional de la lengua española
Los preparativos y la realización del IV Congreso Internacional de
Un caso que ilustra esta situación de manera interesante es el crecimiento de la comunidad hispana en los Estados Unidos, que allí constituye hoy en día la minoría más grande. Las estadísticas oficiales del gobierno norteamericano, que seguramente no tienen en cuenta a los millones de indocumentados que viven en su país, hablan de 35,3 millones de hispanos que representan el 13% de la población de Estados Unidos.
Este dato es importante desde un punto de vista no sólo demográfico y social, sino también político y económico: por un lado, entre los hispanos que viven en Estados Unidos cada vez son más los que tienen tanto derecho al voto como la oportunidad de acceder a cargos públicos —recordemos que en las elecciones presidenciales de 2000 el empate entre el hoy presidente Bush y Al Gore se rompió en
El especial sobre la lengua española que publicó este fin de semana Babelia, el suplemento cultural del diario El País, reúne una serie de artículos bastante interesantes acerca del estado actual del español. Los autores de una parte importante de estos artículos son escritores, en su mayoría colombianos, que publican en Alfaguara —una editorial que, como El País, pertenece al grupo PRISA—. Entre ellos se encuentran los experimentados Piedad Bonnett, William Ospina y Laura Restrepo, cuyos textos están al lado de otros autores de la casa como Carlos Fuentes y Juan Luis Cebrián.
La escritora y profesora Piedad Bonnett escribió un artículo bastante curioso acerca del imaginario que se ha construido alrededor del español que se habla en Colombia. Bonnett descarta cualquier posible polémica ridícula sobre la superioridad de la manera como se habla en un lugar o en otro afirmando de manera contundente que “la verdad es que, como escribió alguna vez Manuel Alvar, ‘no hay un español mejor, sino un español de cada sitio para las exigencias de cada sitio’. Esa verdad puede llegar a ser perturbadora. Me he enterado de que algunas editoriales españolas no quieren traducciones americanas, aduciendo que sus lectores no las entienden. Los lectores hispanoamericanos, por su parte, maldicen cada vez que se les atraviesa un ‘gilipollas’ o un ‘a por agua’. Y es que nada puede detener el curso de la lengua viva. Ni aun los heroicos esfuerzos de las academias por propiciar un español culto, que lime las incontables diferencias”.
1 comentario:
Es verdad que ya no sirve el lema de "limpia y fija". El "esplendor" viene de la riqueza de la variedad.
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