lunes, 17 de noviembre de 2008

¿bloguear para qué?


Tal vez porque muchas veces me he dejado llevar a la ligera por la euforia de la novedad, no soporto cuando en momentos de cambio aparecen pronunciamientos que proclaman “el inicio de una nueva era en…”, “la muerte de…”, la revolución de…” o “the end of the world as we know it”.


Desde que oí hablar por primera vez de la movida de los blogs he recibido miles de comentarios entusiastas a favor y en contra de éstos: que el blogging evoluciona como una nueva forma literaria en la medida en que está revolucionando nuestra idea misma de la escritura, que en la blogósfera sólo hay basura porque el blogger no está sometido a ninguna instancia externa de validación, que los bloggers van a acabar con los medios convencionales porque ellos están donde suceden las cosas mientras que a un periodista le tomaría horas llegar hasta allí, que los bloggers carecen de credibilidad porque son freaks escondidos bajo la imagen de lo que quieren y no han podido ser y que todos los blogs son o un querido diario que ni siquiera les interesa a tus amigos o un cúmulo de opiniones sin fundamento con respecto a temas sobre los que no sabes un pepino.


Estos comentarios suelen producirme desconfianza porque parecen proclamas politiqueras de esas en las que evitar señalar los matices es una fórmula al servicio de la eficacia retórica y porque en medio de la euforia de la novedad quieren hacernos creer que lo ven todo clarísimo cuando en realidad carecen por completo de perspectiva.


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En su charla en Kosmopolis el periodista y blogger francés Francis Pisani recomendó leer el artículo “Why I Blog”, publicado por Andrew Sullivan en la revista The Atlantic. Este fin de semana hice la tarea y leí el artículo de Sullivan, en el que encontré unos cuantos puntos interesantes.





En primer lugar, un par de anotaciones relacionadas con la urgencia de escribir justo cuando las cosas están sucediendo —que sólo sería un requisito para los blogs de actualidad— y de la inmediatez de la escritura:


- ‘We bloggers have scant opportunity to collect our thoughts, to wait until events have settled and a clear pattern emerges. We blog now —as news reaches us, as facts emerge’.


- ‘But a blog is not so much daily writing as hourly writing’.


- ‘No columnist or reporter or novelist will have his minute shifts or constant small contradictions exposed as mercilessly as a blogger’s are’.


- ‘For bloggers, the deadline is always now. Blogging is therefore to writing what extreme sports are to athletics: more free-form, more accident-prone, less formal, more alive. It is, in many ways, writing out loud’.


Y luego un par más sobre el blog como broadcasting, conversación y laboratorio de construcción colectiva de puntos de vista:


- ‘The key to understanding a blog is to realize that it’s a broadcast, not a publication. If it stops moving, it dies. If it stops paddling, it sinks’.


- ‘He [el blogger] is—more than any writer of the past —a node among other nodes, connected but unfinished without the links and the comments and the track-backs that make the blogosphere, at its best, a conversation, rather than a production’.


- ‘Some e-mailers, unsurprisingly, know more about a subject than the blogger does. They will send links, stories, and facts, challenging the blogger’s view of the world, sometimes outright refuting it, but more frequently adding context and nuance and complexity to an idea. The role of a blogger is not to defend against this but to embrace it. He is similar in this way to the host of a dinner party. He can provoke discussion or take a position, even passionately, but he also must create an atmosphere in which others want to participate. That atmosphere will inevitably be formed by the blogger’s personality’.


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Más agudas que las de Sullivan me parecen las opiniones de Alejandro Peláez con respecto a la popularización de los blogs en Colombia. Peláez se refirió al tema en su artículo “La lección del bloguetariado nacional”, publicado en la edición de julio de 2008 de la revista El malpensante.




Con respecto a la torpe reacción de los medios tradicionales frente a la popularización de los blogs dice:


- ‘Frente a la amenaza de los amateurs, la industria respondió dando un salto adelante y copiando la estrategia de los medios extranjeros. Se abrieron espacios de participación para los lectores: foros virtuales, columnas del lector, blogs, comunidades y mucho “contenido generado por los usuarios”. Si no puedes con ellos, lo mejor es cooptarlos, pensaron.


El asunto es que la amenaza bloguera en Colombia nunca pasó de ser una escaramuza aislada. Los maoístas digitales empezaron con fuerza, uno, dos, tres vietnams. Al cuarto se dieron cuenta de que para conseguir lectores no bastaba con regalar el contenido y quejarse del sistema. Ni siquiera bastaba escribir bien, tener buenas noticias o ser una alternativa frente a los grandes medios. Se necesitaba aplicar técnicas de ventas multinivel o recurrir a prácticas clientelistas para ganar audiencia. Mercantilismo puro y duro’.


Con respecto a la conformación de la audiencia de un blog anota:


- ‘Un gueto de lectores y su red clientelista no pasa de los veinte miembros y representa un porcentaje cercano al treinta por ciento del tráfico que recibe un blog. El resto de los lectores llega despistado después de una pregunta al oráculo de Google. En el blog que mantengo, varios lectores han llegado después de teclear frases como: “nombres afroamericanos de niñas”, “coloquialismos chilenos del 1850” o “¿cuántos taxis tiene Uldarico Peña?”. Ninguno encontró lo que buscaba y siempre vuelven los mismos cuatro comentaristas que ya son amigos de la casa’.


Peláez también aprovecha para explicar de una manera sencillísima por qué los blogs no son en sentido estricto una competencia para los medios tradicionales y, por lo tanto, no van a acabar con ellos:


- ‘Para respiro de los periodistas con sueldo, los blogs no son más (ni menos) que tertuliaderos virtuales para personas con gustos parecidos, y no el fenómeno revolucionario de masas que predicaban los gurúes. De hecho, lo mejor de los blogs está en las discusiones, chismes y peleas que ocupan el segundo plano. He visto discusiones entre gramáticos lunáticos, decanos de economía y matemáticos con postdoctorado que superan de lejos cualquiera de los debates programados por los medios tradicionales. También he participado en apaleadas verbales contra profesores universitarios más entretenidas que cualquier reality (…)’


Y, finalmente, Peláez da una clave para entender por qué, a diferencia de los blogs, en Colombia los medios tradicionales no han conseguido rentabilizar los espacios de participación propuestos en los foros y en las secciones de comentarios:


- ‘Cuando los blogueros trasladaron sus operaciones a pequeños gulags en los márgenes de la red, los medios tradicionales abrieron sus puertas a la horda dorada. “Su comentario es importante, participe, comente, opine”. Temujin87, OdOaKro y otros lectores siguieron las instrucciones y llenaron los espacios con sus comentarios pasados de tono. Resultó que la mayoría de los usuarios dispuestos a generar contenido eran muy diferentes de los asépticos ancianos que escriben para las secciones de “Cartas del Lector”.


El ecosistema de los comentaristas virtuales está modelado por la forma en la que son tratados. En los blogs, el dueño atiende a su clientela personalmente y le conversa. En las secciones de comentarios de los grandes medios el dueño nunca aparece y a los visitantes no les queda más que gritar para ser oídos. Los blogs son cafetines amigables y los foros virtuales un gran Disneylandia del insulto.


¿Por qué? Porque en los blogs se atiende y corteja al lector, mientras que en las secciones de comentarios de los grandes medios nadie les pone atención. La falta de atención al lector incentiva el comportamiento antisocial, convierte los foros en alcantarillas y a los lectores en hooligans.


El salto hacia adelante de los medios tradicionales fue un salto al vacío. No captaron que la gente participa para que la escuchen y, sobre todo, le contesten. Un blog o una sección de comentarios donde el autor principal no es capaz de internarse en la discusión no tiene sentido. Tampoco lo tiene la creación exponencial de contenidos de quinta y sin control editorial bajo el mantra idiota de la participación del usuario. La lección de los blogs no está en su carácter subversivo ni en la “frescura” de su estilo, la lección básica está en tratar bien al que lo visita y se toma el trabajo de escribir tres líneas para comentar. Esa lección no la han aprendido todavía los medios colombianos que tienen vitrina en Internet’.


***


Mi experiencia como blogger no habría podido ser mejor: escribo sobre lo que me gusta, me divierto haciéndolo, le dedico mínimo una hora al día a hacerlo, las épocas en las que no he encontrado con facilidad temas sobre los que escribir han sido varias pero cortas, de vez en cuando recibo algún feedback de los veinte lectores asiduos de [ el ojo fisgón ] y tengo tres o cuatro buenos amigos de blog.


No obstante, no soy un entusiasta acrítico de los blogs ni un activista de la blogósfera. No me atrevería a decir que los blogs son esa revolución desde abajo de la que se habla —de hecho, varios de los blogs que más me gustan son hechos por veteranos profesionales del campo al que pertenece el tema sobre el que escriben—. Y cuando alguien me dice que va a abrir un blog para promocionar los servicios de su empresa o simplemente para escribir sobre aquellas ideas que se le vienen a la cabeza pero a las que no les puede dedicar mucho tiempo, muchas veces me lleno de desesperanza porque muy rápidamente me doy cuenta de que está echándole a una simple herramienta una responsabilidad que no es sino suya y de que abandonará su blog una vez se haya dado cuenta de que el impacto de las tres primeras entradas —a cada una de las cuales les habrá dedicado cuatro borradores equivalentes a 13 horas de trabajo— no habrá satisfecho las expectativas salvadoras que había puesto en ellas.


No es que abras un blog y el sábado siguiente mientras desayunas con tu familia te des cuenta de que te has convertido en una celebridad y luego, como si esto no fuera suficiente, de repente tus negocios empiecen a ir estupendamente.


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Bloguear o no bloguear: sí, sólo si evitarlo es imposible.

24 comentarios:

blumm dijo...

Ummmm, pues como lector de blogs y de libros he de reconocer que muchos de ellos los he comprado por las referencias que ha colgado la editorial en su respectivo blog.

Para mi es una herramienta de promoción editorial o por lo menos, que ya es mucho, una forma de decir, aquí estamos. Ese aquí estamos te dirige inmediatamente a su web y a su correo electrónico.

Sí, llevas razón. No hay que cargarle tanta responsabilidad pero que haga de conserje de una editorial está bien. Es barato y orientador.

Gracias por el post, Martín.

blumm dijo...

Además, había olvidad comentarlo, pienso que el blog editorial está en una fase embrionaria. Aún no se ha descubierto el oro que puede llegar a albergar.

Tiempo al tiempo...

Es además, una excelente herramienta para el fomento de la lectura.

Me interesa muchísimo qué escribe un editor acerca de sus libros y qué comentarios recibe. Es más, aunque parezca poco ortodoxo, las editoriales tienen que desprenderse del prejuicio de imprimir tanto la web de la editorial como su blog en las páginas de derechos.

Esas editoriales, y no soy pitoniso, marcarán la diferencia en muy poco tiempo. ¿Por qué? Porque se han subido al "tren de los tiempos" (por cierto, un titulazo para novela)

Apelaez dijo...

Gracias por la cuña don Martín! Saludos por allá.

martín gómez dijo...

Bernardo, el problema es que muchas veces las editoriales (y las organizaciones en general) sólo utilizan el blog para hacer anuncios, destacar lo maravilloso que es su trabajo y llamar la atención sobre sus logros. Exactamente lo mismo que hacen con sus comunicados de prensa. Y un blog sirve para muchas cosas más.

Muchas veces parecen autistas mirándose el ombligo. No se dan cuenta de lo que está pasando a su alrededor.

Y luego se quejan de que no hay una compensación entre el esfuerzo que hacen para alimentar el blog y el impacto que éste produce. En fin, nada peor que un esfuerzo mal enfocado.

Quien no esté dispuesto a pensar para qué quiere un blog y qué está en capacidad de hacer para conseguir su objetivo, que ni lo abra porque en el mejor de los casos lo abandonará a los diez días y en el peor se dará un par de hostias.

Ya me dirás cómo te va con estas cosas en tu editorial...

Un abrazo.

martín gómez dijo...

Peláez, pagaría por meterme en una de esas apaleadas en las que usted ha participado. Estaría dispuesto a perder la compostura y hasta a echar pata.

Invíteme cuando se arme una.

Saludos.

Javier Moreno dijo...

Buena nota. Muy completa. Yo no creo que haya una buena respuesta a eso de por qué bloguear. APelaez inicia la historia un poco tarde, me parece. Antes de los que querían hacerse famosos o al menos ampliamente leidos estaban los blogs iniciales, que eran espacios para registrar y comentar el desarrollo de proyectos entre amigos. No había comentarios (esos llegaron relativamente tarde, en 2003-2004), entonces las conversaciones se desarrollaban de blog a blog mediante enlaces. Eran tiempos felices. Tampoco creo que sea cierto que la respuesta de los blogueros a sus comentarios sea lo que garantiza el éxito de la cosa: Para no ir más lejos, Microsiervos, el blog techie en español más viejo, famoso y reconocido, no admite comentarios hace años, y ahí siguen con una audiencia tremenda. Cerraron los comentarios, por cierto, porque aunque respondían juiciosamente a los cientos que recibían todos degeneraban, tarde que temprano, en peloteras no muy distintas de las que ocurren en El Tiempo o El Espectador.

Lo que realmente marca una diferencia en la calidad de la respuesta, creo, es la cantidad de público. Escribirle comentarios a Daniel Samper no es lo mismo que escribirle comentarios a Martín Gómez o Alejandro Peláez. Si uno le escribe a Samper sabe que por esa nota pasará mucha gente y tal vez algunos de esos lean su comentario. En consecuencia muchas más personas -por pura ansia de ser vistas y leidas- corren a comentar y consecuentemente insultar en diarios. Cualquier blog con una audiencia numerosa sufre el mismo problema. Los espacios pacíficos son los blogs minoritarios. En el caso Colombiano, casi todos.

Apelaez dijo...

Martin, cuando quiera se lo convida. Javier tiene razón en que empiezo tarde -de hecho llegué tarde- a eso de los blogs. Antes de eso había oido mencionar el tema pero lo desconocia por completo. También es verdad que la atención a los lectores por parte del dueño del blog no garantiza en absoluto un aumento en el tráfico de visitantes. De hecho, muchos visitantes y comentaristas pueden arruinar la conversación, como bien lo señala con los ejemplos de los periodicos y de microsiervos. Digamos que a mi me gustan los blogs en los que se puede charlar chévere y que han logrado "fidelizar" una clientela interesante y tienen un dueño generoso que también comenta. Lo mismo que puede hacer que un Café o un Bar sea un sitio agradable para ir a charlar.

Anónimo dijo...

Por fin alguien dice lo que muchos pensamos. Ni tanto, ni tan poco entonces. Con esa sonrisa tonta qeu se le pone a uno cuando otro invitado se atreve a soltar en voz alta lo que todos los comensales piensan pero no dicen, te mando un abrazo.

martín gómez dijo...

Neus, es que el entusiasmo acrítico al final termina llevando inevitablemente al desencanto. Hacer las cosas bajo la lógica del "me too" es peligrosísimo. Claro, las personas muchas veces actuamos de una manera muy emocional pero nadie nos lo reprocha porque hay en nosotros un elemento racional y porque tenemos sentimientos y carencias...

Por el contrario, se supone que las empresas actúan racionalmente pero todo el tiempo están tomando decisiones bajo el principio de que si otro lo ha hecho, pues yo también (como quinceañeros).

Montan blogs, foros y cuanto cacharro novedoso se les atraviese para dejarlo todo tirado al cabo de un tiempo simplemente porque no tienen la claridad ni la persistencia ni la voluntad para alimentarlos en favor de cumplir los objetivos de su proyecto inicial.

Tú debes saber muy bien que ninguna de estas cosas te va a solucionar por sí sola los problemas de tu empresa pero que si las utilizas con unos objetivos y unos procedimientos claros pueden hacer contribuciones muy importantes para conseguirlo.

Gracias por ese abrazo cómplice tan bien descrito.

martín gómez dijo...

Chévere que Javier se refiera a esos inicios de la blogosfera colombiana porque tengo entendido que los conoce de cerca.

Más que garantizar el éxito, creo que la respuesta de los blogueros a los comentarios de sus lectores contribuye a generar un ambiente cálido al que a éstos les dan ganas de volver simplemente porque sienten que se les presta atención. En ese sentido, totalmente de acuerdo con lo que dice Peláez sobre los blogs que le gustan (aquellos en 'los que se puede charlar chévere y que han logrado "fidelizar" una clientela interesante y tienen un dueño generoso que también comenta. Lo mismo que puede hacer que un Café o un Bar sea un sitio agradable para ir a charlar').

Y justamente el hecho de que por razones de tráfico no sea lo mismo dejarle un comentario a Daniel Samper que a Peláez o a mí es lo que puede jugar a favor de un bloguero: Peláez y yo podemos responder e intentar dirigir una discusión que muchas veces toma el rumbo que los lectores van dándole.

Creo que la naturaleza pacífica de un blog también depende en gran medida del tipo de tema que aborde y del temperamento de quien escribe. Supongo que actualmente en Colombia será complicado que un blog sobre fútbol o política pueda ser un remanso de paz por minoritario que sea. Son temas calientes, que dividen opiniones y sobre los cuales una persona puede llegar a escribir desapasionadamente pero tal vez no haya veinte que consigan leerlo con esa misma actitud, con lo cual ahí hay un polvorín.

Al final lo que me interesa es tener la posibilidad de expresar mi reacción y esperar que el autor del blog haga el esfuerzo de contestarme si lo considera pertinente.

Tamaño Oficio dijo...

Uno de los detalles que hacen que este blog tenga cierta fidelidad, es esa host-attention por parte del señor Gómez. Uno se da cuenta que existe un interés en la réplica del lector -generalmente otro blogger- por parte del administrador, y eso está bien. De cierta forma, pero sólo en específicos lugares, el blog ha consolidado lo que yo busco: diferentes espacios para hablar de libros, de literatura, digamos.
(Cuántas cosas he aprendido, cuántos autores ya no tan desconocidos.)

Cuadra, respecto al por qué bloggear, este fragmento de El oficio de vivir de Pavese:

"En sustancia, ¿por qué deseamos ser grandes, ser genios creadores? ¿Para la posteridad? No. ¿Para circular entre la multitud, y que ésta nos señale con el dedo? No. Para sostenernos en la fatiga cotidiana, en la certeza de que vale la pena cuanto hacemos, de que es algo único. Por el presente, no por la eternidad".

martín gómez dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Dámaso. Espero que sigas sintiéndote a gusto cada vez que te pases por aquí.

Un saludo.
Martín.

Culebrero dijo...

Hay muchas razones tan perversas como nobles para iniciar y leer un blog, así como muchas maneras de interpretar su fracaso o éxito. Recuerdo que leía compulsivamente el blog de una compañera de trabajo con la cual estaba compitiendo por un acenso que nunca llegó. Morbosamente quería entender lo que pasaba por su cabeza para saber a quién me enfrentaba. Su blog era un diario personal donde había un compendio de sentimientos revueltos de los cuales lo único que se podía concluir era que estaba desesperada por no tener una pareja estable y un trabajo que le reconociera lo mucho que se había preparado. Leer su blog y el hecho mismo de poder tener un acceso a su una intimidad encubierta con anécdotas y fotos, pero al final intimidad, me hizo entender que la indulgente era ella y no yo.
Aunque era ella expuesta ante mis ojos, después de leer algunos posts mi estrategia se revertía pues era yo el que descubría a través de la lectura mi lado más obscuro. Leía su blog pensando que ella se revelaba ingenuamente ante mí, pero era ella quien al final dirigía la acción de obligarme a comprender la persona que se sentaba en el escritorio del frente todas las mañanas. Allí no habían grandes citas literarias ni una escritura iluminada, allí había un testimonio crudo de lo que significaba vivir en una sociedad machista y sexista. El blog de mi compañera de trabajo fue efectivo en cuanto medio para no desconocerla como persona. Este efecto de los blogs sigue llamando mi atención y es lo que sigue incitándome a leer este y muchos otros.

martín gómez dijo...

Hummmmmm, usted está dándole otra vuelta de tuerca bien interesante a la cuestión. Nos estamos metiendo a profundidad en temas más íntimos que dicen mucho sobre nosotros y sobre nuestra manera de relacionarnos. Digno trabajo de antropólogo o simplemente de chismoso.

Interesante que su experiencia le haya hecho entender que la indulgente era ella y no usted y que después de leer algunos posts su estrategia se revirtiera porque era usted el que descubría a través de la lectura su lado más oscuro.

Al final aquí el fisgón parece ser usted...

Astro dijo...

Primera vez en este blog y me parece que me haré asidua. Muy, muy interesante la aportación de culebrero. Martín, te pondré en la lista de mis más leídos en mi blog para no olvidar visitarte cada vez que pueda. Un abrazo.

martín gómez dijo...

Bienvenida, Astro. Espero que te sigas pasando por aquí con frecuencia y que de cuando en cuando encuentres contenidos interesantes en [ el ojo fisgón ].

Un saludo y gracias por tu comentario.
Martín.

Artabro dijo...

Han dicho ustedes cosas muy interesantes y aquí les dejo mi opinión del asunto:

Bloguear para uno mismo, a veces, puede resultar efectivo a otro.

Un saludo desde Galicia-España.

martín gómez dijo...

No lo había pensado pero si tú lo dices...

Un saludo para ti también.
Martín.

Camilo Jiménez dijo...

También empecé bastante tarde en esto de los blogs, y ahora debo decir que estoy medio enganchado: no pasa un día sin darme una vueltica por ahí a ver qué ha pasado en los que me gustan, no pasa una semana sin que actualice el mío. Como todos los que han comentado, me he quedado con unos cuantos que visito con frecuencia porque me gustan los temas, los comentarios, la escritura del bloger, el tono. Para mí, un blog tiene éxito cuando combina tres aspectos: cuando provee información sobre cualquier tema y no se trata sólo un diario de lo que le pasa o le deja de pasar al bloguer; cuando actualiza al menos una vez a la semana; y cuando facilita espacio para la charla agradable de la que habla Peláez, con participación del encargado. Ahí me tienen contento. Que vayan a "derrumbar el poder omnipotente de los medios", que vayan a "acabar con la prensa tal como la conocemos" es paja de apocalípticos. Con perdón.

Muy buen post, estimado Martín. Como sabe, soy fiel visitante de estos pagos y acá seguiré.

Una Papita dijo...

Un comentario totalmente fuera del tema, como suelen ser los míos. El blog está muy chévere pero la letra blanca en el fondo negro es un poco difícil de leer.

Un saludo, Martín! En enero te mando a mi hermano para que me lo entretengas allá porque aquí se aburre de lo lindo. Quiere por fin saber lo que son los términos guiri, guay, mola, etc., etc.

martín gómez dijo...

María Ángela, puede intentar leer a través de rss o de un reader tipo Bloglines o Google reader.

Mándame a tu hermano que aquí se le divierte.

Un abrazo.
Martín.

martín gómez dijo...

Camilo, esos criterios están muy rígidos aunque supongo que por eso mismo no se te debe colar ningún blog que no cumpla con tus parámetros. El problema es que se te pueden estar escapando muchos...

En fin, hay que tener presente que el tiempo es escaso y que, por lo tanto, es fundamental identificar el ruido y saber eliminarlo.

Seguimos...

Camilo Jiménez dijo...

Hombre Martín, los parámetros son los que creo cumplen los blogs que tienen o van adquiriendo algún éxito, no quiere decir que son los únicos que lea. Me gustan muchos, incluso cerrados hace tiempo pero que quedan ahí para torcido regocijo de los haraganes lectores de blogs.

Y estoy de acuerdo con Angelus (creo que ya había hecho antes el comentario, pero valga), el fondo negro cansa más de la cuenta.

martín gómez dijo...

Entiendo perfectamente lo de los criterios de selección, Camilo. Yo me dejo guiar bastante por los blogs linkeados en los blogs que me gustan.

En cuanto al fondo negro, creo que pronto haré unos cambios en la maquetación del blog aprovechando que en diciembre Mozilla va a dejar sólo la versión 3 de Firefox, en la cual hay un detalle (que no he podido detectar) que me descuadra el tamaño de la fuente.

Ya veremos...