miércoles, 23 de julio de 2008

reflexión sobre el "usted" y un texto de esther tusquets al respecto

En ciertas regiones de Colombia —en la andina, por ejemplo— muchas veces las personas solemos no tutearnos en situaciones en las que lo haría la gente de otras zonas del país, de otros países de Hispanoamérica o de España. Yo, por ejemplo, tuteo a mis papás —que en ocasiones nos hablan a sus hijos de “usted”— pero no a mis hermanos, ni a la mayor parte de mis amigos hombres de toda la vida ni a muchas de mis amigas de Colombia.


No sé por qué pero esta forma seca y al mismo tiempo entrañable que tenemos de tratarnos entre personas muy cercanas le extraña y también le gusta a mucha gente de otros países donde se habla castellano y en los que por defecto uno se tutea con quienes se tiene una cierta proximidad. Tanto, que algunos amigos cercanos de lugares tan distintos como México, Uruguay, Argentina y Catalunya un buen día decidieron retirarme el tuteo y empezar a hablarme con un “usted” que se les oye lo más de bonito —aunque reconozco que al principio ese nuevo trato me sonó hostil y que incluso llegué a pensar que quienes lo habían adoptado estaban disgustados conmigo—.


Esta situación la tengo particularmente presente desde el verano de 2006, cuando encontré en El País una columna en la que la editora Esther Tusquets se quejaba de la pérdida de matices que ha producido tanto en el lenguaje como en las relaciones interpersonales la tendencia a la desaparición del “usted” en España. Aunque algunos de sus argumentos en contra de la universalización del tuteo me parecen más bien rancios, alarmantes o simplemente tontísimos —yo me siento como en mi casa en los aviones de Vueling cada vez que oigo esa grabación que dice ‘abróchate el cinturón de seguridad y mantén derecho el espaldar de tu silla mientras las luces de emergencia permanezcan encendidas’—, tengo mis razones para estar del lado de Esther Tusquets en la defensa del “usted”.


Tal vez entiendan mejor todo este rollo leyendo la columna en cuestión.


Réquiem por el usted


Esther Tusquets


Cuando yo era niña, a comienzos del siglo pasado —¿cómo pueden decir algunos que la vida es corta o que pasa en un soplo?, a mí me parece interminable—, el tuteo se utilizaba con los amigos, con la mayoría de familiares, con las personas de confianza, y desde luego con nosotros, los niños. También la gente sencilla solía emplear más el tuteo. El usted quedaba reservado a las personas con las que no existían relaciones estrechas de parentesco o amistad. Marcaba una distancia, un respeto. Por eso me llamaba la atención que algunos niños tuvieran que tratar de usted a sus padres. Era el caso, bien próximo, de mi abuela paterna, a quien todos los hijos, y por supuesto los nietos, tratamos siempre de usted. No me gustaba ni pizca usar un tratamiento tan protocolario con un pariente tan próximo.


Existía otro tratamiento, el vos, que me fascinaba. Quizás porque sólo lo encontraba en el teatro y en los cuentos de hadas, y eso le confería un toque mágico. Era propio de príncipes y princesas, de damas y caballeros de otros tiempos, y carecía del matiz un punto engolado y antipático y oficinesco del usted. Descubrí con envidia que algunos niños voseaban a sus padres en catalán. Pero el réquiem por el vos debió de entonarse hace ya tiempo, porque oigo que mi nieto y sus amigos utilizan también en catalán el tuteo con sus padres.


Quedan, pues, el tú y el usted, enzarzados en una pugna donde el usted va perdiendo inexorablemente terreno. Es una batalla que iniciaron los "progres", que iniciamos los "progres", en los sesenta. Parecía una medida igualitaria, izquierdosa, un modo más de eliminar las diferencias de clase. Pero tenía un fallo irremediable: no existe mayor clasismo que dirigirse de tú a individuos que por su condición se ven forzados a tratarte a ti de usted, no existe peor clasismo que tutear a las criadas, al chófer, al camarero de un buen restaurante. No hay nada que haga tan explícita la diferencia. Mientras no exista, claro, un sistema en que el tuteo sea obligado para todos.


Si no hay una razón ideológica que lo justifique, si no se trata de que sea "políticamente correcto", ¿qué ventajas reporta empobrecer el lenguaje eliminando el usted? ¿No es preferible que haya más alternativas, mayor posibilidad de matices y de juegos? ¿Por qué no marcar en el lenguaje unas diferencias que se dan en la realidad? ¿En qué mejora la relación profesor—alumno que el chaval que ingresa en la Universidad tutee desde el primer día al catedrático? ¿Por qué la dependienta de un supermercado, la empleada de una peluquería, a las que llevo cuarenta años y a las que quizás veo por primera vez, han de tratarme de tú? ¿Es acertado que una compañía aérea —Vueling— muestre lo muy moderna que es y busque granjearse al público más joven mediante el uso generalizado del tuteo, y de tú nos hable el capitán por el altavoz y con el tú se nos dirijan a las ancianas pasajeras las azafatas de veinte años?


Comprendo que es inútil pretender que nadie me trate de vos, como a las princesas de los cuentos y a las damiselas medievales, pero me gustaría que las personas con las que no media confianza ninguna y, sobre todo, si son mucho más jóvenes, me trataran inicialmente de usted, hasta que fuera yo quien les propusiera apear el tratamiento. Porque ésta es otra ventaja de que subsista el usted: la posibilidad de que llegue el momento, a veces de alto valor simbólico, en que la persona de mayor respeto ofrece el paso al tuteo y traslada así la relación a un plano distinto y superior.

18 comentarios:

subal dijo...

Al ser tan rancia la señora T, no me he leído su discursito, pero le voy a contar mi caso (a usted).

Mis padres siempre han tratado a sus padres de vostè, y yo con mis abuelos, pues también.

En mi blog suelo tratar a todo el mundo de vostè, y si me apura (usted), de vós, que queda aún más medieval. Tenemos que recuperar el "vostè", que me parece hermoso y versallesco.

Una discusión bonita es también la dicotomía entre el "te quiero" castellano y el "t'estimo" catalán. Por supuesto, es mucho más bello el "t'estimo" y estoy dispuesto a bajar a la arena a luchar dialécticamente con quien niegue este extremo. Uno "quiere" un chorizo, y uno "estima" a una mujer.

está usted sembrao, en los últimos post. Le felicito.

salut!

martín gómez dijo...

Uyuyuyuyuy, está a punto de liarla por lo alto así que yo le recomendaría que tuviera cuidado con esa afirmación porque aunque creo entender el matiz que hay en el 't'estimo', está claro que hace falta ser catalán o estar muy compenetrado con la catalanidad para no tildarlo de tibio (entiéndase templadito).

Póngase chulito en la arena con el tema y verá que se ganará más de una buena zurra...

subal dijo...

¡Ja! No crea que no tengo elementos intelectyuales que avalan mi tesis. observe, observe;

(...) Entendámonos, el castellano actual hace del deseo amoroso un querer; "¡Te quiero!", dice. La expresión "te amo" tiene un punto neoclásico de rigidez (para expresarse así tendrá que vestirse uno con elegancia...). En cambio la estimación sugiere una versión aguada del querer. Convertido en estima -que no sobrepasa la consideración con su aprecio-, el querer carga con un buen tanto de flaqueza o debilitamiento pasional.

En cambio el catalán actual, este "otro" del castellano a despecho de españolistas redundantes, a la hora de amar no debe andarse con quereres salvo si desea pasar por excesivo. Decir en catalán "Et vull!", te quiero, puede resultar de poco gusto, como si un amante hambriento asociara al ser amado a una longaniza. Menos aún dirá "T'amo", expresión incomprensible de tan arcaica. No; deberá decir "T'estimo" (ni el signo de admiración permite), expresará aquella estimación que reclama Gracián por ser digna de personas. ¿Por qué? No le falta una razón, aunque no la diga el ilustre aragonés: el querer está en un nivel intelectual inferior al estimar, que incluye el juicio valorativo. Querer lo hace un niño, estimar lo hace alguien más crecido enjuiciando el objeto de su interés. (...)

Sphairos, geografía del amor y la imaginación. Pere Salabert.

Supere esto, bro.

martín gómez dijo...

Insisto, creo entender y respetar el matiz que tiene el 't'estimo'.

Teniendo en cuenta su argumento intelectual confirmo que usted es un tipo muy leído...

No obstante, conozco a más de una mexicana, madrileña, argentina, gallega o caribeña dispuesta a hacerlo añicos por adoptar esa posición sin siquiera darle la más mínima oportunidad de defenderla.

Sólo por una cuestión de sensatez (e independientemente de la validez del argumento del señor Salabert, que es un auténtico as bajo la manga) le sugiero que ande con cuidado con ese tema.

subal dijo...

Ah, sí, muy leído, muy leído.

¿Sabe lo que ocurre, estimado amigo? Que el amor sólo entiende un idioma, el suyo. Da igual si "te quiero", "te amo" o "t'estimo". El lenguaje del amor no entiende de idiomas ni gramáticas ni, por suerte, de ortografía. En ese idioma, maldita sea, soy muy poco leído, casi un analfabeto.

En cambio, de su reverso, el lenguaje del desamor, si quiere le hago una tesis.

Un abrazo grande!

martín gómez dijo...

Pues ya entrando en esos terrenos peligrosos e ingratos, creo que no equívocos o polémicas que valgan así que doy por zanjada esta discusión.

Otro abrazo.

Camilo Jiménez dijo...

Yo agradezco a los cielos haber nacido en Antioquia, región colombiana que adoptó el "vos", que me parece está a medio camino entre el "tú", que a veces suena zalamero sobre todo en esa región, y el frío "usted" tan apreciado en la región andina. Y a pesar de vivir en Bogotá desde hace más de 8 años, no se me ha podido pegar la costumbre tan enclavada acá de soltarle un antipático "usted" a amigos y conocidos. A todo el mundo lo emparejo con el "ey, vos...".

martín gómez dijo...

Afortunados los paisas y caleños que tienen ese recurso tan bonito que es el "vos" y que añade un matiz del que los rolos carecemos.

Ese "vos" tiene una proximidad implícita mientras que nuestro "usted" en ocasiones tiene una cosa ambigua que algunas veces no sabes si es un gesto para establecer un acercamiento o si más bien marca una distancia.

Y justamente lo que me gusta del "usted" es esa gama de usos tan amplia que ofrece por la ambigüedad misma.

Anónimo dijo...

En México sucede de igual manera, se ha perdido el "usted" y hay algunas personas, sobre todo las mayores, que no les agrada. En lo personal no me gusta el "vos" (en México no se usa en ninguna región, que yo sepa), lo siento mas ambiguo que el "usted". Me gusta el "tu".

Me parece, que quienes defienden el "usted" es porque consideran que con el "tu" se puede faltar el respeto a alguien, pero no es así. Aunque a veces ese "usted", suena bonito.

martín gómez dijo...

Si los bogotanos somos personas muy formales y protocolarios, creo que son los mexicanos quienes se llevan el premio a la formalidad en el trato.

Me encanta la suavidad de muchas de esas expresiones y fórmulas de cortesía a partir de las cuales se construyen las relaciones personales en México. Son lo máximo.

Magda, espero que te sigas pasando por acá y que encuentres info útil.

Un saludo.
Martín.

Anónimo dijo...

Yo creo que aun hoy, en España, a nadie se le hace raro que a una persona mayor se le trate de usted, aun menos a alguien con quien se conversa a cierto nivel, por ejemplo, profesional. En España se dice me pone una caña, que es tratar de usted aun cuando no se diga pongame usted una caña. Es decir, que se usa mucho el ratto de usted sin usar la palabra usted, como se usa el trato de tu sin usar el tu. De hecho si que causa extrañeza lo contrario, el tuteo. Que se produzca mas (mas que en los tiempos en que no habia libertad, por ejemplo) no quiere decir que se de por normalizado. Creo que Tusquets es algo alarmista.

Por otro lado en Mexico, que se usa con mas frecuencia o de manera mas extensa, en muchas ocasiones se usa mal, lo cual es peor siempre que usar el tuteo. Me refiero al caso extendidisimo de usar el usted/ustedes con las forma verbal correspondiente al vosotros, que suena realmente fatal: Por poner un ejemplo: "tu y mengano estan locos" que ni es una cosa ni es la otra y que no se si sera correcto pero suena mal.

blumm dijo...

Nací en Andalucía Oriental. Aquí, el usted lo ofrecen en una urna para esparcir a gusto del consumidor.

Pero mis abuelos maternos eran de aquella Andalucía Occidental, del Cádiz más profundo y allí, el usted viene a ser como un demonio romano. Y en Sevilla. Ya está.

En Cádiz y Sevilla el usted pervive y es declamado para con todos, púberes o ancianos.

Me gustaba escuchar ese usted de la boca de mi abuela para llamarme, cuando yo aún sólo contaba con seis, siete años.

Viva el usted.

sfer dijo...

Una de las (muchas) cosas que me gusta del inglés es que no exista esa diferencia. You para todos (incluso para tú y vosotros) y santas pascuas.

Y en cuanto al "te quiero" vs. "t'estimo", yo me quedo no con el "i love you" sino con el "ich liebe dich".

Ay... echo de menos estudiar idiomas :-(

martín gómez dijo...

Claro, Duanne, por lo menos en España es cierto que no estamos frente a una universalización del tuteo sino frente al uso cada vez menos frecuente del usted.

En cuanto al caso 'extendidisimo de usar el usted/ustedes con las forma verbal correspondiente al vosotros' es necesario que tengas en cuenta que la lengua es una entidad viva que adopta distintas formas según el uso que quienes la hablan hacen de ella y que es justamente la práctica sistemática lo que legitima esos usos.

En síntesis, ésta no es una cuestión de corrección sino de prácticas de personas de carne y hueso que tienen lugar en contextos específicos y que validan o invalidan usos particulares. Lo que suena muy bien en un lugar, en otro puede sonar horrible...

Muchas gracias por tu comentario. Espero volver a verte por acá.

Seguimos...

martín gómez dijo...

Blumm, me gusta cómo tu comentario da cuenta de la manera como las prácticas y lo usos varían de un lugar a otro incluso dentro de una misma región.

Contrastando prácticas y usos de lugares distintos (muchas veces cercanos) queda en evidencia la riqueza de matices que encierra una lengua.

Espero que te sigas pasando por acá. Gracias por tu comentario.

Un saludo.
Martín.

martín gómez dijo...

Sfer, yo a veces también envidio la economía y la contundencia del inglés.

Sin lugar a dudas aprender una lengua también es descubrir una nueva forma de ver el mundo y apropiarse de ella. Por eso comparto esa añoranza tuya de aprender un nuevo idioma.

Un abrazo.
Martín.

Anónimo dijo...

Una manera informal, juvenil de usar el "usted" consiste en combinarlo con las formas verbales propias del "tú". Podemos por ejemplo decir "¿Usted quieres venir a mi casa?" o "Me lo has dicho usted". Este sería el modo de tratar a un joven prematuramente envejecido o a un anciano que aún se siente joven. (Antonio Fernández York)

martín gómez dijo...

¡Gracias por el aporte, Antonio!

Espero volver a verte por acá.

Seguimos...