jueves, 12 de julio de 2007

summertime [ 4 ] / las fórmulas y la homogeneización de la oferta editorial

Uno de los temas que he abordado con más insistencia en [ el ojo fisgón ] es la existencia de una serie de fórmulas a las que obedecen algunas obras literarias para ajustarse a una tendencia que está teniendo éxito en el mercado con el propósito de garantizar la rentabilidad del trabajo de las editoriales, los agentes, las librerías y los autores.


El siguiente pasaje del libro Pasando página no sólo muestra cómo reaccionaron en su momento ciertos sectores de la industria editorial española frente al éxito de El perfume, de Patrick Süskind, sino que también ilustra la manera como las fórmulas pueden terminar por homogeneizar la oferta del mercado editorial:


“El mundo editorial es conservador, cuando un libro o una tendencia funciona las estructuras reclaman que el modelo se repita sine die. ‘Los agentes comerciales de Alianza me decían: «Edita algo como El perfume, edita algo como El perfume». Y yo tenía que responderles «El perfume ya está editado»’, explica Javier Pradera, que en los años 80 todavía era director literario de esa editorial a propósito del ansia de emulación que se produjo entre los competidores de Seix Barral tras el boom del libro de Patrick Süskind”.


Pasando página, de Sergio Vila-Sanjuán. pág. 120

Destino

Barcelona, 2003

2 comentarios:

Javier Menéndez Llamazares dijo...

Bueno, yo creo que es tendencia no es exclusiva del mercado editorial: sucede en todos los sectores. Aparte de los grupos que siempre hacen la misma canción —tipo El último de la fila o Mecano—, y los calcos de estilo —véase Juan Perro/el primer Jarabe de Palo, o Manolo García/La caja de pandora—, también en cualquier actividad se busca repetir lo que a otros les ha dado resultado. Si en un barrio o una pequeña población se abre un videoclub o una pizzería y les va bien, en pocas semanas aparecerán varios competidores. Y enseguida habrá tantos émulos que se hundirá el negocio... para todos.
De todas maneras, no es de extrañar que todos los agentes pidieran otro "El perfume"; yo también lo pediría, pero como lector. Y otra "Conjura de los necios", otro "Nombre de la Rosa", etc. Lo que ya no es tan comprensible es que se pida otro "Código da Vinci".

martín gómez dijo...

Completamente de acuerdo. Lo mismo sucede en todos los sectores que son o quieren ser de consumo masivo. Me parecen súper apropiados los ejemplos que pones en el campo de la música pop.

Yo como lector no pediría otro de ninguno de los libros que mencionas porque aparte del tema y de la manera como lo abordan, el hecho de que sean tan distintos de otras cosas que he leído es justamente una de las razones por las que me han gustado tanto.

Supongo que si fuera un agente o un editor cuya gestión debe tener un buen rendimiento económico para que su empresa sea sostenible, lo más sensato sería intentar montarse en la cresta de la ola saliendo a la caza de libros similares a los que han funcionado bien comercialmente.