penguin uk, clásicos rediseñados
Penguin UK no deja de sorprenderme con las cosas que está haciendo —¿se acuerdan de las colecciones especiales de James Bond y de Raymond Chandler, del proyecto We Tell Stories o de los PenguinSets que sacó para navidad?—. A través de the penguin blog me entero de una colección especial de clásicos de tapa dura que diseñó Coralie Bickford-Smith para un proyecto especial con la librería Waterstone —que es el distribuidor exclusivo de los libros—.
El resultado del trabajo hecho por Bickford-Smith puede verse en detalle en este álbum de flickr dedicado al proyecto.
Qué diferencia con las horribles ediciones de los clásicos de Porrúa y Losada que había en mi casa —por no hablar de las de Panamericana, que yo escogía a ojo cerrado porque al ser más baratas me permitían embolsillarme una parte de la plata que me daban mis papás para comprar los libros que me ponían a leer en el colegio—, que según mis profesores eran las únicas traducciones que entonces se consideraban decentes. A pesar de lo feas —las portadas eran horrendas, venían impresas en papel periódico y la tipografía y los márgenes eran insoportables. Para rematar, las páginas de muchos de los libros de Porrúa venían en doble columna—, en su momento estas ediciones representaron la manera más confiable de acceder a libros que para mí fueron fundamentales como las tragedias de Sófocles y los diálogos de Platón.
¡Y a mí que alguna vez me parecieron bonitos los libros de Cátedra!
Creo que los libros bonitos —o, mejor, hechos con cuidado porque un buen trabajo del texto y aspectos como el papel y la impresión también son importantísimos— son una buena motivación tanto para empezar a leer como para seguir haciéndolo y que su presencia en una biblioteca puede ser más estimulante que muchas campañas de fomento a la lectura que se han visto por ahí.
6 comentarios:
A mi me pasa al revés. Una vez compre una edición lindísima de una antologia de Mutis, empastada en cuero y numerada y tal. Era tan bonito que me intimidaba. Lo dejé de adorno por temor a dañarlo con la lectura.
Yo soy cuidadosísimo con los libros porque me gusta conservarlos en buen estado y cada arruguita en las puntas o cada mancha de cualquier cosa en las hojas me ha hecho pasar bastantes ratos amargos.
Pero bueno, ésas son vainas que vienen con el uso y finalmente los libros que me hace ilusión tener son los que me han gustado y los que me gustaría leer en algún momento.
Tienes razón. Esas ediciones son una jodida belleza.
Fíjate que de la editorial Porrúa yo tengo sólo dos libros: 'poema de Mio Cid' y 'Los Milagros de nuestra señora'. Ambas están como para miarlas (por las razones que mencionaste). Aunque creo que son de las mejores.
En Porrúa podrían esforzarse por que sus libros fueran al menos un poquito más bonitos pero eso es distinto de la calidad de los prólogos o las traducciones. Igual no sé qué tal serán éstos en comparación con los de otras editoriales.
Antes el argumento para decir que estas traducciones eran las más confiables era que todas las que se habían hecho en España durante el franquismo habían sido amañadas y mutiladas cuando se consideraba que atentaban contra los principios en los que se basaba la dictadura. Sin embargo, durante las tres últimas décadas esto puede haber cambiado porque tanto en América Latina como en España se han hecho muchas nuevas traducciones.
En cualquier caso hay que reconocer que Porrúa tiene el mérito de haber construido a lo largo de todos estos años un fondo amplio y completo.
Seguimos...
Los primeros pingüinos —maravillosamente bien diseñados, tipografía impecable, textos cuidados— fueron pensados para lectores muy pobres y tiempos difíciles. La lección —que la mayoría de los editores no aprendió nunca— es que vale lo mismo hacer mal un libro que hacerlo bien.
Los libros de Porrúa son espantosamente feos, pero Porrúa hizo un fondo. Los libros de Panamericana son hechos a las patadas y además su criterio para elegir una traducción es que sea del dominio público: la mayoría de sus traducciones están envejecidas.
Sí, la historia de Penguin es bien bonita. Además, es una editorial que nace con el propósito de ampliar el acceso a la literatura y al conocimiento en el período entreguerras cuando las secuelas de la crisis del 29 todavía se hacían sentir.
A mí Porrúa se me había borrado de la cabeza hasta que vi su stand en Guadalajara. Me pareció impresionante ver una estantería como de 10 X 5 llena de esos libros a los que a pesar de su fealdad les tengo tanto cariño porque gracias a Porrúa muchos lectores pudimos acceder a un montón de títulos de los que durante un tiempo no existía ninguna otra buena edición.
En cuanto a Panamericana, la vaina es grosera y risible de lo descarada. Como nos decía Amalia Iriarte en clase, ediciones Francis Drake total.
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