martes, 20 de enero de 2009

los scouts

En el mundo editorial y en la prensa de interés general se habla mucho de los editores, de los autores y de los agentes pero rara vez se hace referencia a figuras importantísimas como los scouts —cuyo rol vine a comprender hace poco gracias a una explicación de la editora Àngels Balaguer—. Hace unos días mientras leía feeds que tenía pendientes desde que estuve en Colombia me encontré un artículo bastante esclarecedor sobre los scouts que publicó la sección de Cultura del diario El País durante la Feria de Frankfurt. Se trata de “'Scouts', los sabuesos de los libros”.




Tras partir de una premisa obvia y vaga, el artículo aterriza en una afirmación más puntual:


‘Como en tantos otros aspectos de la vida, en el mundo editorial hay un factor que marca la diferencia entre triunfar y fracasar: la información. Los principales sellos del mundo han creado sus propios servicios de inteligencia para sobrevivir en un sector en el que, con las nuevas tecnologías, las cosas van cada vez más rápido: los scouts (ojeadores)’.


Más adelante añade:


‘Los scouts trabajan desde las grandes capitales de la letra impresa —sobre todo Londres, Nueva York y París— y su labor consiste en detectar cuanto antes un libro o una tendencia. Cuanto antes quiere decir cuando el manuscrito llega a un agente o a un sello editorial, y muchas veces se enteran a pesar de los receptores del texto. A veces incluso, como ocurrió con Las cenizas de Ángela, dan el queo con sólo 100 páginas escritas’.


Y luego presenta algunos matices con respecto al rol de los scouts y explica las razones por las que éstos cada vez cobran más importancia en el sector editorial:


‘"Un scout tiene que captar todas las informaciones que salen de un país, no sólo los manuscritos importantes, sino también los cambios de tendencia o de dirección en una editorial", explica Cristina de Stefano, italiana afincada en París, antigua periodista y escritora (…) "cada vez hay más información y menos tiempo para procesarla", agrega De Stefano, que trabaja desde Francia para cinco países (en España para el grupo Santillana)’.


Tres scouts españoles le dan la estocada final al tema mencionando algunas pistas sobre el know how y las destrezas que requiere el desarrollo de su trabajo:


‘Si la información es poder, la inmediata no tiene precio. Por eso [Aurelio] Major ha afilado su nuevo oficio acudiendo a la madre de todo el negocio, el autor. "Hay que trabajar con información privilegiada y leer muy rápido y discriminar aún más y mejor". "Nuestra labor es ser un filtro con criterio ante una avalancha de información; luego está tener una buena agenda y fuentes de información y después buscar aquello que no es obvio", dicen [Carmen] Pinilla y [Daniel] Aragó’.


En un momento en el que se escribe y se publica tanto y en el que circula tanta información, los scouts parecen jugar un papel clave en la medida en que los procedimientos de filtrado y de identificación e interpretación de señales son cada vez más críticos en los procesos de toma de decisiones. Al final hoy en día el problema está no sólo en el acceso a la información sino también en la capacidad de gestionarla —es decir, de seleccionar sus fuentes y de saber cómo discriminar, clasificar, conservar y desechar la información que se recibe—.

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