impresiones simples sobre la feria del libro de madrid
Mañana termina mi visita a
Lo que más me ha llamado la atención de la feria es su carácter eminentemente público: aprovechando el clima primaveral, las casetas se instalan en un corredor de ese gran espacio público que es el Parque del Retiro. Debido tanto a las características del lugar donde se hace como a su enfoque, se trata de una feria abierta en muchos sentidos —a la cual obviamente el acceso es gratuito—. Como muchos otros espacios públicos, el parque es un punto de encuentro y, por lo tanto, la decisión de hacer la feria allí define en parte el espíritu de ésta —un tema al que me referí hace un par de semanas a propósito de la Feria del libro de Bogotá—.

Tengo la impresión de que lo anterior explica por lo menos parcialmente por qué los ciudadanos se apropian de la feria convirtiéndola en un evento importante en la vida de la ciudad: mucha gente hace allí la mayor parte de las compras de libros del año, busca a sus autores favoritos para que le firmen sus obras, eventualmente asiste a alguna conferencia y de paso aprovecha para echarse un paseo por el parque.
Salvo por la de algunas casetas en las que se ofrecen libros de editoriales latinoamericanas, en general la oferta de la feria no difiere mucho de la de las librerías. Y bueno, luego también están las novedades que salen en la feria pero que igual pueden encontrarse en cualquier librería de la ciudad —aunque supongo que sin el descuento del 10 % que se ofrece en las casetas—.