lunes, 12 de enero de 2009

la contraseña de anagrama y la nueva edición independiente en españa

Anagrama jugó un papel fundamental en un momento importante de mi formación como lector. Tenía 23 años, estaba terminando la universidad y empezando a trabajar, a través de Anagrama estaba descubriendo a Capote, a Carver, a Marías, a Baricco, a Tabucchi, a Bolaño y a Auster y en ese momento sentía una gratitud profunda y enorme hacia esa especie de gurú de las letras contemporáneas que es Jorge Herralde.



Hace un par de días recibí el boletín de novedades de enero – febrero de 2009, en el que Herralde recuerda que ‘en abril de 2009 se cumplen 40 años de Anagrama, una editorial recalcitrantemente independiente’ y hace un anuncio:


‘Aparte de una leve remodelación de nuestras portadas, aggiornamiento ya efectuado en algunas ocasiones a lo largo de nuestro trayecto, con motivo de dicho aniversario ponemos en marcha un proyecto ambicioso y confiamos en que será bien recibido: una Biblioteca Anagrama de 100 títulos, de periodicidad semanal, que recogerá nuestros mejores títulos en narrativa, ensayo y reportajes, destinada a quioscos y canalizada por RBA, los mejores especialistas en dicho canal.


Y además de la selección de «clásicos» ya muy reconocidos en esta Biblioteca Anagrama, en mayo de este año emprenderemos una nueva colección, con ocho o diez títulos al año muy escogidos, «otra vuelta de tuerca» en nuestro catálogo, relanzando obras excelentes pero desaparecidas en librerías, o bien agrupando en un tomo varios títulos, con afinidades obvias, de un autor. Su característica común es que, en su día, nos parecieron de edición inevitable, y que ahora lo siguen siendo’.


Aunque Herralde es el editor español independiente por excelencia, quien hoy en día dice “edición literaria independiente en España” necesariamente alude también a editoriales fundamentales como las de los veteranos Beatriz de Moura, Manuel Borrás, Jaume Vallcorba y Jacobo Siruela o a las de la siguiente generación que ya cuentan con una cierta trayectoria y que están en proceso de consolidación: minúscula, Libros del Asteroide, Marbot, Artemisa, Impedimenta, Veintisiete Letras, Melusina, Global Rhythm Press, Ediciones del viento, Nórdica libros, Cabaret Voltaire, Barataria, Gadir, Sexto Piso, Bartleby o Periférica —por mencionar solamente algunas—.


Aprovecho para citar algunos apartes de "La marca editorial como contraseña", un artículo en el que Herralde explica algunos de los principios en los que se fundamenta su concepción de su trabajo como editor:


‘Mi creencia, quizá ilusa, es que, incluso en una época tan acelerada como la actual, sigue siendo importante el largo aliento, la longue durée en la creación, eficacia e influencia de una marca. Para crear una marca editorial —y que se convierta en una contraseña— es imprescindible la persistencia y la coherencia, para fijarla en el imaginario colectivo.


Ahondar en un surco hondo y ancho, sin dispersiones ni despistes. Una imagen nítida, a la vez previsible y sorprendente. La creación de un "aura" que "proteja" a escritores desconocidos, que inspire credibilidad. En lengua española hay ejemplos legendarios de editoriales con aura. Así, para nosotros en las décadas de la posguerra española, con su estricta censura que intentó bloquear culturalmente al país (y en buena parte lo logró), lo fueron las argentinas Sudamericana y Losada, así como, desde mediados de los sesenta, la mexicana Siglo XXI. En España, durante la década de los sesenta, la Seix Barral capitaneada por Carlos Barral marcó un hito importantísimo en la edición española, recogiendo la antorcha del prematuramente desaparecido José Janés. Y por descontado, la estupenda Alianza, que revolucionó la edición de bolsillo.


Las editoriales más idóneas para lograr tal aura son precisamente las independientes, cuya trayectoria la marca el editor a lo largo de los años, en contraste con el consabido trasiego de directivos en los grandes grupos.


Las más idóneas, aunque no las únicas, claro está. Así, por ejemplo, en Italia, las dos editoriales más relevantes culturalmente son Feltrinelli, que es rigurosamente independiente, familiar, y la otra es Adelphi, que tiene como accionista importante (un cuarenta y tantos por ciento) a un gran grupo, pero que opera con gran libertad (...)


La marca editorial no puede fallar ni dejarse tentar por oportunismos facilones, aunque tenga temporadas más opacas, de menos estrellato; como dijo un editor francés, Olivier Cohen, "un editor no debe ser juzgado por los buenos libros no editados sino por los malos que publicó". Su poder, siempre en precario, estriba en no publicar libros malos, al menos a sabiendas, sino intentar en lo posible editar aquellos "libros necesarios" a los que aludió Italo Calvino (...)


Podría decirse que, tras ese vertiginoso recorrido, en sólo diez años, por esa brutal mutación del paisaje, el editor deberá basarse en el conocimiento de su entorno, en su olfato y en su capacidad de reunir marcas armoniosamente, en convertirse en una marca de marcas. Pero quizá esto no represente nada esencialmente nuevo para nuestro oficio, sino sólo retos considerables a los que enfrentarnos, como siempre lo han sido los retos de un editor. Unos retos que se resumen en la capacidad de adaptación sin perder la brújula. Y en el caso de la editorial independiente vocacional por definición, la brújula indica que en el binomio cultura y negocio, que conforma la edición, el norte será siempre la cultura. Y deberá luchar para que su marca sea una contraseña tan visible en el mundo real como el virtual, y que su catálogo, su novela-río, sea frondoso y sorprendente, pero también estructurado y "legible", por así decir, con un argumento en el que las tramas y las subtramas se enlacen en armonía o contrapunto.


Y así, enfrentándose a estos nuevos retos, conseguir que las "estrategias de la virtud" —las estrategias que persiguen publicar las nuevas voces más significativas de su tiempo, y dar cuenta de los más importantes debates culturales y políticos— sigan siendo eficaces para poder seguir perseverando en este oficio inigualable’.



Entre tanto, muchos seguimos preguntándonos cuál y cómo será el futuro de Anagrama una vez Herralde se retire —un tema sobre el que corre uno que otro rumor y que el editor elude insistentemente—.

viernes, 9 de enero de 2009

entrevista a roger chartier / "hay que recordar que la cultura escrita no empieza con la computadora"


Durante nuestra expedición de finales de 2008 a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) tuvimos la oportunidad de charlar un rato con Roger Chartier, el historiador cultural francés cuyo trabajo ha sentado las bases para el desarrollo de una importante corriente de estudios contemporáneos sobre la cultura escrita y la lectura.



Durante la charla que sostuvimos con el profesor Chartier éste nos dio algunas pistas fundamentales para pensar el estado actual y la posible evolución a futuro de varios temas críticos relacionados con los contenidos, la lectura y los usos de las nuevas tecnologías que desde hace un tiempo están presentes en la agenda de quienes trabajamos en campos como la edición, la educación, la documentación o el desarrollo de productos y servicios tecnológicos. Chartier tomó como punto de partida una serie de reflexiones en torno a temas puntuales como la función de las bibliotecas en la organización, la conservación y la difusión del pensamiento impreso, la historia de la cultura escrita a través de los formatos y soportes anteriores a lo digital, los desafíos que presupone la emergencia de las bibliotecas digitales y los riesgos implícitos en todo proceso de digitalización, la manera como las bibliotecas pueden facilitar el acceso a los contenidos digitales allí donde las desigualdades económicas dificultan la adquisición masiva de dispositivos electrónicos de lectura, los tipos de contenidos que mejor se ajustan al formato digital, el impacto de la digitalización sobre las prácticas de lectura y editoriales o sobre el aprendizaje de la escritura, las tensiones a las que deben enfrentarse los bibliotecarios cuando lo digital cuestiona la necesidad de la biblioteca como espacio físico, los aciertos de proyectos como Google Book Search o el repositorio Europeana, los problemas que éstos plantean y los criterios a tener en cuenta para desarrollar los programas de digitalización de colecciones y fondos documentales.



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Como toda buena charla, ésta con Roger Chartier nos ha suscitado algunas preguntas alrededor de todos estos temas al mismo tiempo que nos ha dejado muchas buenas pistas para encontrarles posibles respuestas a éstas.


Antes de terminar vale la pena destacar que el profesor Chartier es una persona no sólo lúcida, aguda y clara, sino también cálida, abierta y generosísima —lo cual se le agradece inmensamente—. Todo un Maestro.


***


Además de dictar en el XV Coloquio Internacional de Bibliotecarios la conferencia magistral "El futuro de la biblioteca. Herencias del pasado, desafío del presente", Chartier les propuso a los asistentes de la FIL un acto llamado “Hamlet en dos horas” durante el cual tres actores del Grupo S Teatro hicieron una lectura dramática de siete fragmentos de Hamlet que él fue comentando detalladamente al final de cada uno de ellos. A partir del trabajo que durante los últimos años ha hecho Chartier sobre las obras más canónicas de Shakespeare y Cervantes, “Hamlet en dos horas” presupuso un arriesgado e interesante experimento que pretendía llamar la atención sobre la universalidad de la obra y sobre la importancia de ponerla en su contexto abordándola desde una perspectiva histórica al mismo tiempo que proponía ‘liberarse de la forma tradicional de la conferencia porque si podemos inventar otras formas más atractivas, ¿por qué no?’.


En breve el Canal Web & Audiovisual de la FIL en You Tube ofrecerá el visionado del acto “Hamlet en dos horas”.

jueves, 8 de enero de 2009

no, señor, aquí no se intercambian links

Ayer me llegó a mi correo electrónico el siguiente mensaje:


Hola buenas tardes, soy XXX uno de los autores de un blog de novela historica http:/yyy.blogspot.com/ (tengo tambien otros blogs de bolsa como http://www.zzz.com/) querria saber si estarias interesado en intercambiar enlaces con nosotros.


Si estas interesado yo podria ponerte un enlace desde nuestro blog http://yyy.blogspot.com/ o si prefieres que el enlace sea no reciproco desde el blog http://zzz.blogspot.com/ que esta bastante bien posicionado (PageRank 3), el nombre de nuestro blog al poner el enlace seria YYY.


Muchas gracias anticipadas, por supuesto si tienes mas blogs con los que quieras intercambiar enlaces no dudes en comentarnoslo.


Un saludo,

XXX

xyz@gmail.com

YYY



Aunque no es la primera vez que recibo un mensaje de este tipo, nunca antes había sentido la necesidad de escribir al respecto. Sin embargo, hoy quisiera hacer un par de anotaciones sobre el tema.


[ el ojo fisgón ] no es un negocio, ni una red mafiosa, ni un club de amiguetes ni mucho menos un lobbying. Tampoco es un espacio de propaganda al servicio de nada ni de nadie, ni de intercambio de favores, ni de elogios mutuos ni de autoaplausos. Aunque no niego que me gustaría tener un tráfico y un pagerank más altos, no me interesa recurrir a estrategias de search engine optimization (SEO) para aumentarlos, ni dejar comentarios en blogs ajenos sólo para que sus dueños se enteren de que existo y visiten mi blog y me enlacen para mejorar el posicionamiento y la pertinencia de éste, ni citar injustificadamente a quien no me parezca pertinente solamente por hacerle un guiño y ganarme su simpatía o sus favores.


No me interesa tener en las estadísticas de visitas miles de hits de personas que llegan por una indexación engañosa acomodada a la lógica del algoritmo de un motor de búsqueda. Prefiero quedarme con los pocos lectores que cumplidamente se pasan por aquí porque tenemos intereses afines y con aquellos que tras llegar por accidente deciden venir de visita de vez en cuando.


Con la agudeza y la contundencia que lo caracterizan, en una entrada que hice hace unas semanas sobre el sentido que para mí tiene bloguear Alejandro Peláez hizo un comentario que se me vino a la cabeza en cuanto leí este mail porque me di cuenta de que define lo que espero de un blog y lo que me gustaría que fuera [ el ojo fisgón ]:


‘Digamos que a mí me gustan los blogs en los que se puede charlar chévere y que han logrado "fidelizar" una clientela interesante y tienen un dueño generoso que también comenta. Lo mismo que puede hacer que un Café o un Bar sea un sitio agradable para ir a charlar’.


Todo esto para decir que en [ el ojo fisgón ] no se intercambian links y que aquí sólo pongo enlaces hacia aquellos espacios donde encuentro aportes interesantes en relación con los temas que me llaman la atención o hacia los que me gustan por una razón cualquiera, así que si a alguien se le llega a volver a ocurrir pedirme un intercambio de links le pido el favor de abstenerse de hacerlo.

miércoles, 7 de enero de 2009

el lugar y el status de la crítica

Así empieza Margarita Valencia el bonito texto que escribió para el especial Las lecturas de 2008, de la revista HermanoCerdo:


‘Se me acusó hace poco de andar escondida entre los clásicos, de escudarme en ellos para no asumir la responsabilidad debida a mis coetáneos. No es cierto. De lo que ando huyendo es de la noria del mercado editorial, que nos obliga a dar vueltas alrededor de sus propios estados contables en vez de coger el camino azaroso que nos dicte el gusto y el amor por los libros. La crítica de libros se ha convertido en una de las estaciones en el camino del éxito editorial, entre el coctel y la firma; en esa medida, cuando el desempeño de la crítica no está a la altura de las expectativas de los escritores o de los dueños de las editoriales, parece natural que se quejen.


Pero ese no debe ser el orden de las cosas. Los críticos no escriben para los escritores ni para los editores: sus interlocutores son los demás lectores y solo a ellos debe explicaciones sobre sus propias maneras de leer: el oficio de la crítica es el establecimiento de un diálogo íntimo con ellos, el ejercicio constante de la seducción a través de la develación. La relación resultante debe ser “de confianza recíproca y de amor”, en un proceso de interacción y de ósmosis. En esos términos define Steiner la relación entre discípulo y maestro, pero ello no convierte al crítico en un profesor en el sentido estricto de la palabra: de hecho su discurso nace y crece en el limbo deliciosamente indeterminado que se esconde entre la academia —empeñada en clasificaciones y etiologías— y el reporte insustancial de la actualidad. Allí puede ir y volver a su antojo, crear a diario cosmologías que expliquen el mundo, y establecer las filiaciones necesarias para que ningún libro se quede huérfano de padres, o carezca de amigos que lo acompañen, de campeones que lo defiendan de la imbecilidad de los contemporáneos y de las vicisitudes de la posteridad’.



Releer varias veces este texto me ha hecho preguntarme por el lugar que debe ocupar la crítica y por el status de ésta. Supongo que Margarita está refiriéndose a lo que sucede actualmente en Colombia cuando dice que ‘la crítica de libros se ha convertido en una de las estaciones en el camino del éxito editorial, entre el coctel y la firma’. Supongo también que en otros lugares la situación debe ser parecida. E insisto en que lo supongo en la medida en que rara vez leo reseñas de libros y mucho menos críticas porque ambas suelen parecerme aburridísimas. Prefiero leer directamente los libros y ya. Lo máximo que llego a leer aparte de la obra en sí es algún comentario personal que no pretende dar la última palabra sobre nada.


En una época en la que la concentración de la propiedad de los medios de comunicación y la naturaleza eminentemente comercial de la mayor parte de éstos imponen restricciones a la diversidad de puntos de vista representados allí —¿recuerdan “el caso Echevarría”, provocado por una crítica desfavorable que escribió Ignacio Echevarría para el suplemento cultural de El País acerca de una novela de Bernardo Atxaga publicada por Alfaguara?—, la reducción de los costes de producción de las publicaciones impresas y el acceso a los contenidos en formatos digitales son una alternativa para la creación de nuevos espacios de reflexión y de exposición de ideas donde no haya cabida para que las grandes empresas ejerzan presión a favor de sus intereses corporativos.


Si para los públicos masivos mirar los comentarios de libros de la prensa generalista es suficiente, para satisfacer a los pequeños públicos especializados o con intereses muy específicos esperemos que sobrevivan al menos unos pocos espacios como las revistas académicas, las publicaciones de reseñas como la Revista de Libros de la Fundación Caja Madrid o el Boletín Cultural y Bibliográfico —que no sé si sigue editando la Biblioteca Luis Ángel Arango en Colombia— y, claro, algún suplemento cultural confiable. En el ámbito hispanohablante personalmente me gustan el cultura/s —de La Vanguardia—, el Dominical —de El Heraldo—, Radar y Radar Libros —de Página/12— y adncultura —de La Nación—. Por otro lado, recientemente dos buenos editores me han dicho que el ABCD —de ABC— también está muy bien.


***


Una última cosa: no dejen de echarle un ojo ni al blog de Margarita ni a su columna en la revista Arcadia.

martes, 23 de diciembre de 2008

cerrado por vacaciones blogueras



A partir de hoy me tomo un par de semanas de vacaciones de blog.


Les deseo a todos un buen remate de 2008 y lo mejor para 2009.


Nos vemos el próximo miércoles 7 de enero.

lunes, 22 de diciembre de 2008

lectores comparten sus lecturas de 2008 en hermanocerdo

¿Quieren saber cuáles son las lecturas favoritas de 2008 de Enrique Vila-Matas, de Junot Díaz o de algunos lectores como ustedes y como yo?




Si es así, les recomiendo echarle un ojo al especial Las Lecturas de 2008, de la revista HermanoCerdo. Se rumora que la convocatoria ha sido todo un éxito. Además de aquellos que han sido invitados a participar por el staff de la revista, han respondido de manera espontánea a la convocatoria decenas de lectores que se han enterado de su existencia por HermanoCerdo o por otras vías.


¿Y ustedes qué esperan para enviar sus contribuciones*?


* Pueden hacerlo mandando un mensaje a hermanocerdo (at) gmail con subject: Yo lei más de un libro en 2008.

viernes, 19 de diciembre de 2008

penguin uk, clásicos rediseñados

Penguin UK no deja de sorprenderme con las cosas que está haciendo —¿se acuerdan de las colecciones especiales de James Bond y de Raymond Chandler, del proyecto We Tell Stories o de los PenguinSets que sacó para navidad?—. A través de the penguin blog me entero de una colección especial de clásicos de tapa dura que diseñó Coralie Bickford-Smith para un proyecto especial con la librería Waterstone —que es el distribuidor exclusivo de los libros—.


El resultado del trabajo hecho por Bickford-Smith puede verse en detalle en este álbum de flickr dedicado al proyecto.



Qué diferencia con las horribles ediciones de los clásicos de Porrúa y Losada que había en mi casa —por no hablar de las de Panamericana, que yo escogía a ojo cerrado porque al ser más baratas me permitían embolsillarme una parte de la plata que me daban mis papás para comprar los libros que me ponían a leer en el colegio—, que según mis profesores eran las únicas traducciones que entonces se consideraban decentes. A pesar de lo feas —las portadas eran horrendas, venían impresas en papel periódico y la tipografía y los márgenes eran insoportables. Para rematar, las páginas de muchos de los libros de Porrúa venían en doble columna—, en su momento estas ediciones representaron la manera más confiable de acceder a libros que para mí fueron fundamentales como las tragedias de Sófocles y los diálogos de Platón.


¡Y a mí que alguna vez me parecieron bonitos los libros de Cátedra!



Creo que los libros bonitos —o, mejor, hechos con cuidado porque un buen trabajo del texto y aspectos como el papel y la impresión también son importantísimos— son una buena motivación tanto para empezar a leer como para seguir haciéndolo y que su presencia en una biblioteca puede ser más estimulante que muchas campañas de fomento a la lectura que se han visto por ahí.




miércoles, 17 de diciembre de 2008

el malpensante en línea

Desde hace unos meses está en línea la nueva página Web de la revista colombiana El malpensante, donde se pueden leer íntegramente los contenidos de esta publicación a partir del número 73 —correspondiente a septiembre – octubre de 2006—. Creo que esta página Web cumple con los estándares necesarios para que visitarla sea una experiencia grata, para favorecer la lectura y para que al lector le dan ganas de volver: nada de animaciones en Flash a manera de introducción, cero frames con textos en formato de imagen, menús bien ubicados, tablas de contenidos e índices de autores organizados adecuadamente, textos completos y algunas de las fotos e ilustraciones que los acompañan en la edición impresa, una tipografía convencional y legible, la posibilidad de copiar textos e imágenes y un buen motor de búsqueda.



Los contenidos de la revista son de muy buena calidad y era una lástima que quienes por alguna razón no podemos comprarla no tuviéramos la posibilidad de acceder a éstos —pienso sobre todo en quienes no vivimos en Colombia—. Con esta página Web El malpensante gana en visibilidad porque el interés que despiertan la mayoría de sus contenidos sobrepasa con creces cualquier localismo en gran parte debido a que desde un principio esta revista se ha caracterizado por publicar a autores de primera línea a nivel internacional. Además, gracias a la página Web de El malpensante cualquier persona que pueda leer en castellano tendrá la ocasión de entender por qué en sólo doce años esta revista se ha ganado el prestigio que tiene actualmente.


¿Si pudiera comprar cada número de la revista dejaría de hacerlo porque puedo leerla en línea? No.


Soy un fan de El malpensante desde que salió su primer número en septiembre u octubre de 1996. Y el cuidado por el detalle que salta a la vista en cada uno de ellos es una de las razones que hacen que la revista me haya cautivado y que como objeto tenga para mí un valor simbólico enorme. Además, los textos no son lo único que suscita mi interés por la revista porque el material gráfico que se publica en ella también es muy bueno.


Aunque la versión en línea de El malpensante amplía el acceso a los contenidos y facilita tanto la consulta de éstos como la búsqueda de fragmentos específicos en función de necesidades puntuales, una buena parte del placer que genera la experiencia de leer esta publicación se deriva de lo que significa tener en las manos una revista en la que todo es hecho con cuidado: desde la maquetación y la impresión hasta la selección y el tratamiento de los autores, los textos, las fotos, las ilustraciones y el papel.


Como la pertinencia de los soportes depende de su capacidad de responder óptimamente a necesidades específicas de sus usuarios, creo que los lectores ganamos al tener la posibilidad de leer El malpensante tanto en papel como en Internet y que, contrario a lo que muchos piensan, esta apuesta por los contenidos abiertos en línea no necesariamente tiene por qué afectar de manera negativa las ventas de la revista.